A tres días de que se cumpla la fecha límite del emplazamiento de huelga del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), el Sindicato del Personal Académico señaló que aún no se ejecutan sus peticiones, por lo que demandan compromisos creíbles y por escrito.
Durante su participación en el Foro “Ciencia y Educación Superior en México: Momento Crítico”, Lorena Ruano, investigadora de la institución, señaló que las diversas violaciones e insultos que ha recibido el instituto ha fomentado la fuga de cerebros de forma acelerada, pues desde diciembre, son más de 20 los académicos que han perdido licencia, se han ido de año sabático o buscan refugio en otras instituciones de México o el extranjero, por la poca actualización y apoyo que reciben.
“Como sabemos en la ciencia y en la educación superior lo más importante es el capital humano lo estamos perdiendo a un ritmo acelerado los postulantes a los programas docentes los futuros estudiantes son muchísimos menos este año”, dijo, además de insistir que ella se incluye en la lista de los académicos que pronto abandonarán el CIDE si las condiciones no mejoran.
Detalló que entre los principales problemas que aquejan a la institución están la asfixia presupuestal y el freno a la libertad de expresión.
“Se ha suscitado un conflicto entre su comunidad y la directora general del Conacyt quien decide imponer de manera ilegítima e ilegal a las autoridades actuales, pero este no es el único problema que enfrentamos hay también la grave situación de asfixia presupuestal que le precede, que pone en riesgo la continuidad de las actividades sustantivas del CIDE”, mencionó.
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Es así que acusó a José Romero Tellaeche, el director designado, de dilapidar la legitimidad que tenía el instituto, pues a tres meses de su estadía destituyó a dos investigadores de puestos directivos, lo que atentó directamente contra la libertad de expresión, pues son esos cuerpos colegiados los que deciden sobre la permanencia de los investigadores en el centro.
“Un comité externó enteramente nombrado por Conacyt, plagado de conflictos de interés decidió nombrarlo a él a pesar de que en el momento en que sesiona ese comité se escuchaban los gritos de estudiantes, profesores y trabajadores afuera gritando: Un dictador no será mi director”, evidenció.
Señaló, además, que las carencias presupuestarias se hacen cada vez más evidentes pues desde hace un año el Conacyt ha mantenido en pausa las reglas de operación para el uso de un fideicomiso de más de 300 millones de pesos que los propios investigadores ayudaron a construir, por lo que no se puede utilizar para las investigaciones de los miembros del instituto.
“Tenía un fideicomiso, el más importante de todos los centros públicos de investigación con más de 300 millones de pesos, dinero que los investigadores habíamos traído a lo largo de más de dos décadas con proyectos de financiamiento externo. Ese dinero se usaba para investigación, becas, infraestructura, colaboración internacional y con lo que quedaba se pagaban estímulos a la productividad de los trabajadores académicos de desempeño docente y de publicación esos recursos”, indicó.
Además, insistió en que cada vez hay menos interés en formar parte de las filas del CIDE, que era uno de los centros públicos de investigación en Ciencias Sociales más prestigiosos no sólo de México sino de América Latina, pues no hay libertad de pensamiento.
“Nosotros tenemos otros datos y nuestra labor es criticar no adular porque consideramos que nuestra labor es educar con los mejores estándares y los más recientes conocimientos no adoctrinar”, resaltó.
Por ello, reveló que su pensamiento, respecto a la evolución de la institución es pesimista y lamentó que se permita esta desintegración.
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