Las hormonas juegan un papel muy importante en el bienestar de las personas, ya que un desbalance en estas puede afectar desde el metabolismo hasta el ciclo de sueño-vigilia. Una de las más importantes es el cortisol, que es un arma de doble filo, asociado tanto con la vitalidad como con el estrés. ¿Cómo se puede regular para evitar todos los malos efectos que provoca?
El cortisol, conocido popularmente como la "hormona del estrés", es producido por las glándulas suprarrenales y juega un papel crucial en numerosos procesos biológicos, lo cual incluye la regulación de los niveles de glucosa en sangre, la reducción de la inflamación y la formación de memorias emocionales. Sin embargo, su fama se debe principalmente a su capacidad para incrementar en situaciones de tensión, tanto física como emocional, lo cual afecta de manera sistémica al cerebro y al cuerpo.
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¿Es tan malo el cortisol?
Aunque a menudo se dice que el estrés es lo peor de lo peor, el experto Thomas Rutledge comentó en un artículo de Psychology Today que es crucial entender que el cortisol no es un villano. Su influencia en nuestra salud depende intrínsecamente de tres factores: el momento, la duración y la magnitud de su presencia en nuestro organismo. Un equilibrio en estos tres ejes es esencial para una vida saludable.
¿Cómo podemos, entonces, regular de manera efectiva los niveles de cortisol para promover un bienestar óptimo? Hay una combinación de prácticas y estrategias. Lo primero que puedes hacer es tener un horario regular de sueño, lo cual ayuda a sincronizar nuestros ciclos naturales de vigilia y descanso con los patrones ideales de producción de cortisol.
¿Qué se puede hacer para evitar los altos niveles de cortisol?
La práctica de mindfulness y la dejar de sobrepensar sobre eventos negativos pueden ayudar a que los niveles de cortisol vuelvan a la normalidad tras situaciones de estrés. Del mismo modo, la meditación, el ejercicio regulado y la relajación son actividades que facilitan la desactivación de la señal de liberación de cortisol.
Thomas Rutledge también sostiene que es imprescindible adoptar un estilo de vida saludable: comer mejor, realizar ejercicio regularmente, gestionar el estrés de manera efectiva y minimizar el consumo de alcohol son estrategias probadas para mantener los niveles de cortisol en un rango óptimo.