COLUMNA INVITADA

“Rerum novarum”: El cumpleaños de una Encíclica

León XIII publicó hace 130 años un documento que cimbró al mundo y que dio nuevo impulso al movimiento de los trabajadores

OPINIÓN

·
Rodrigo Guerra López / Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hace 130 años, el 15 de mayo de 1891, el Papa León XIII publicaba la Encíclica “Rerum novarum” sobre la cuestión de los obreros. El documento fue todo un acontecimiento. La Iglesia católica se pronunciaba a favor de los derechos de los trabajadores, de los sindicatos, del salario justo, de la primacía del trabajo sobre el capital, y criticaba la falsa salida que a estas cuestiones ofrecían los socialismos y los liberalismos de la época. Sin embargo, era tal el énfasis puesto hacia los derechos de los trabajadores, que Jean Jaurés, líder del socialismo francés, sostuvo que el programa propuesto por León XIII era formalmente “socialista”.

En México, la prensa capitalina publicó 140 artículos sobre el documento pontificio en los diarios “El Tiempo” y “La voz de México”, entre mayo y diciembre de 1891. Los jóvenes sacerdotes y los líderes laicos comentaron sus contenidos con avidez. Sin embargo, la mayoría de los obispos, no hicieron gran eco de la Encíclica. No la presentaron, no la difundieron y no buscaron su aplicación. Consideraban que el contexto que ofrecía el liberalismo porfiriano situaba a nuestro país en coordenadas diferentes a las descritas por León XIII. Tendrían que pasar 15 años para que Bernardo Bergoend SJ publicara una edición comentada, y la difusión y aplicación de las ideas del Papa fuera más amplia a través de los Congresos católicos, de las Semanas Sociales, del Círculo Católico Nacional, de los Trabajadores Guadalupanos y de la labor educativa y social de otros grupos, llegando toda esta atmósfera, a impactar en la redacción del artículo 123 de la Constitución mexicana.

Tal vez una de las cuestiones más incisivas que el Papa trata en “Rerum novarum” es mostrar cómo las injustas inequidades sociales no pueden ser corregidas de verdad mientras se aliente la lucha entre poseedores y desposeídos. Esto fácilmente puede ser interpretado como una legitimación de la concentración de la riqueza en manos de unos pocos.

 Sin embargo, la cuestión en la Encíclica es otra: los trabajadores tienen pleno derecho a organizarse y a defender la justicia en las relaciones con los patrones. Más aún, la propiedad privada no es un derecho absoluto, sino relativo, es decir, siempre está subordinado a las necesidades objetivas de quienes menos poseen. De este modo, el documento presenta una gran originalidad: no oculta el sufrimiento de los trabajadores explotados, pero lo resuelve invitándolos a generar un movimiento de emancipación en donde la caridad y la justicia se den la mano, y en donde la redistribución justa de la riqueza ocupe un lugar central.

En el año 2021, todas estas cuestiones históricas poseen una relevancia capital. El aumento de complejidad de la sociedad contemporánea no ha disminuido el peso de la “cuestión social”, es decir, de la cuestión del trabajo y los trabajadores, que, en un mercado global, fácilmente se encuentran en situación de grave indefensión ya sea por parte de patrones voraces o de sindicatos cooptados. Esperemos que una nueva generación social-cristiana realice una renovada alianza con el amplio mundo del trabajo, para así evitar que las falsas soluciones marquen la agenda en un tema de suyo delicado.

POR RODRIGO GUERRA
PROFESOR-INVESTIGADOR DEL CENTRO DE INVESTIGACIÓN SOCIAL AVANZADA (CISAV)

PAL