LA ENCERRONA

Un nuevo plan migratorio

“Nosotros hemos nacido de inmigrantes, eso es lo que somos” Barack Obama

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Pareciera que ha pasado mucho tiempo desde aquellas atribuladas elecciones del llamado “súper martes”, donde el mundo entero se paralizó para observar la derrota de Donald Trump, quien buscaba reelegirse como presidente, pero que al final resultó ganador el demócrata Joe Biden, sin embargo solo han pasado 100 días de cambio de gobierno. Estos primeros días al frente del gobierno estadounidense se han visto marcados por una agenda puntual para revertir los estragos que dejó en el país el magnate neoyorquino, intentar retomar el papel preponderante estadounidense en la arena internacional, acciones para combatir las crisis que ha dejado la pandemia y unificar al país.

En este sentido, la fórmula Biden-Harris se han comprometido con la sociedad estadounidense a través de un plan agresivo de vacunación, alcanzando la cifra de 200 millones de personas que han recibido las dosis necesarias en contra del coronavirus. De manera paralela, el gobierno implementó un plan de emergencia económica para el rescate de pequeñas y medianas empresas, así como apoyo a personas que perdieron el empleo, cheques de estímulos (hasta por 1,400 dólares por persona) y ayudas a escuelas para que se regrese lo antes posible a las clases presenciales.

El presidente Biden ha sustituido los tweets estrambóticos por conferencias diarias, los gritos desmedidos por acciones concretas, las amenazas por cooperación internacional, los señalamientos hacia los “bad hombres” y la construcción del muro fronterizo por un nuevo plan migratorio. En este tenor, el actual inquilino de la Casa Blanca entregó al Congreso lo que serán sus compromisos en esta materia, los cuales se basan en cuatro pilares: acciones urgentes para deshacer el daño de Trump y reclamar los valores de Estados Unidos, modernizar el sistema de inmigración; reafirmar el compromiso de América con los refugiados y los solicitantes de asilo, así como atender las raíces causales de la migración irregular; la implementación de revisiones efectivas en la frontera.

Lo anterior resulta alentador desde el enfoque de derechos humanos en lo que a tránsito libre y seguro de todas las personas refiere, empero, tenemos que recordar que Biden fue vicepresidente en la administración Obama, la que más personas ha deportado en la historia de Estados Unidos, más del doble de los retornos forzados que en el periodo de Trump. Sin embargo, las formas importan, sobre todo en política (y mucho más en política exterior) y como lo mencionó Alexandria Ocasio-Cortez, “[...] Lo que está pasando aquí no es lo mismo que lo que ocurrió durante la administración Trump, donde tomaron bebés de los brazos de sus mamás y deportaron sus familias […]”. Tiene razón, aunque en la actualidad se sigan separando familias, no se está haciendo de la manera tan ruin como en el pasado.

Revocar las políticas de separación de familias (aunque sea en el papel), reestablecer el programa DACA, ampliar el límite de solicitudes de asilo, garantizar los derechos de la niñez migrante, la puesta en marcha de la Ley de Ciudadanía, echar mano de diplomacia e inversión a los países origen (Honduras, Guatemala, México) da cuenta de voluntad política del gobierno de Biden-Harris. Este nuevo intento por regular la frontera sur estadounidense es un aliento para la población migrante, solo falta entender las causas estructurales para brindar una solución de fondo.

POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR

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