Ekah es una niña de 12 años en “El diario del pescador”, película camerunesa que plantea una ficción en un pueblo de pescadores, donde la educación de las niñas es un tabú y donde es “normal” que el padre de la menor la obligue a casarse con una persona adulta.
Está situada en Camerún, pero podría ser cualquier lugar de México. Aquí no es ficción que de 2010 a 2020 subió el matrimonio infantil de cinco a seis niñas por cada millar de mujeres de 12-14 años. Y que esta cifra se duplicó en 2020 para las niñas hablantes de lengua indígena con respecto al nivel nacional.
Resulta difícil creer que más de tres mil niñas y niños de entre 12 y 14 años de edad estuvieran casados –ya sea por el civil o por la iglesia– y que 21 mil 867 más estuvieran viviendo en unión libre, según los datos recolectados en el censo de Población y Vivienda 2020. Y que otros mil 647 su estado civil sea “separado”, 220 más divorciado y 443 menores ya sean viudos o viudas.
Al analizar esas cifras y desagregarlas por género, en matrimonios civiles y religiosos, es prácticamente el 50-50, pero en unión libre, 80 por ciento son mujeres o, corrijo, niñas como Ekah, quienes deberían estar terminando la primaria o cursando el nivel de secundaria.
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Entre la población de 15 a 19 años, la recurrencia es mayor. De las 10 millones 806 mil personas en este grupo de edad en México, 54 mil 189 estarían casadas por lo civil, nueve mil 619 por alguna religión, 858 mil 297 en unión libre; otras 64 mil 937 separadas, mil 336 divorciadas y dos mil 423 viudas. El porcentaje de mujeres es mayor también.
Desafortunadamente esa realidad tiene otra arista: muchas de esas niñas se convierten en madres con todos los riesgos y las afectaciones que conlleva, sicológicas y físicas. Así el porcentaje de madres menores de 20 años de edad, es de 17 por ciento del total de personas en ese grupo de edad, de acuerdo con el último censo de Población y Vivienda.
México es líder en embarazo en adolescentes entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años de edad. Es decir, que se registran al menos 340 mil nacimientos en mujeres menores de 19 años en un año.
Además de la mirada de género que exige esta realidad, el matrimonio y el embarazo infantil no puede normalizarse ni permitirse. Luchemos porque nuestras niñas y niños jueguen, estudien y se informen, para que tengan opciones y se conviertan en los adultos que sueñan ser.
La maternidad será deseada, elegida y voluntaria o no será…
POR NALDY RODRÍGUEZ
*COMISIONADA PRESIDENTA DEL INSTITUTO VERACRUZANO DE ACCESO A LA INFORMACIÓN Y PROTECCIÓN DE DATOS PERSONALES
dza