TRANSPARENCIA 3.0

“Infantiles”, encuentros en Omegle

Debemos formar y concientizar desde una edad temprana el autocuidado y protección en redes sociales y plataformas digitales

OPINIÓN

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Naldy Rodríguez/ Transparencia 3.0/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Un año y contando. El 20 de marzo de 2020 cerraron las aulas; los patios y las canchas se vaciaron y los auditorios apagaron sus luces. Autoridades educativas adelantaban y ampliaban las vacaciones de Semana Santa. 

Se dijo que la suspensión de clases presenciales en todos los niveles educativos en México era una medida temporal y preventiva... Cuando la realidad nos alcanzó, lanzamos a las niñas y los niños a las plataformas digitales, sin advertirles de los riesgos ni ponerles límites.

Quienes se encuentran en el sistema educativo en este momento, de forma regular, son nativos digitales. Ya tenían un gran acercamiento con las tecnologías de la información y la comunicación, pero de repente tuvieron que dejar las aulas y migrar a las pantallas para aprender en línea.

Ahora pasan de dos a seis horas frente a los dispositivos móviles, sólo para cuestiones escolares, sin considerar el tiempo de esparcimiento que destinan en el celular, iPad o televisor.

Mientras la infancia sigue en casa, los adultos de forma paulatina regresan a sus lugares de trabajo, lo que dificulta dar seguimiento a las clases virtuales y a las actividades extracurriculares que los menores tienen en internet. A veces, parece que están en clase en línea, prestando atención, pero la realidad es que abren otras páginas.

Así me chamaquearon. Lo hizo una niña de 11 años, sin celular ni computadora. Hablaba con un extraño a través de una página virtual y no era la primera vez. Lo había hecho en otras dos ocasiones. 

Ingresó a Omegle.com después de que escuchó a un youtuber recomendar el sitio web gratuito que permite “socializar” con otra persona sin necesidad de hacer una cuenta o crear un usuario. Sin contraseñas, enlaza de forma directa con un extraño. Se puede enviar mensajes escritos y permite conectar a través de video. 

Es cierto que, en letras pequeñas, Omegle advierte que los usuarios deben ser mayores de 18 años o mayores de 13 con permiso de los padres. Sin embargo, es tan fácil y lúdico ingresar, que su uso se extiende entre la población infantil y adolescentes. La propia página –con 12 años operando– señala que, si bien el chat de video de Omegle está moderado, no es perfecta esa revisión y es “posible que aún encuentre personas que se porten mal”.

Ahí están los riesgos: que transmita desnudez, acose sexualmente, publique información privada de otras personas, haga declaraciones que difamen o calumnien, viole los derechos de propiedad intelectual, use programas automatizados para iniciar chats, se envíen datos personales. Sólo por mencionar algunos.

Los controles parentales, herramientas para bloquear contenidos inadecuados, no son la panacea. Debemos formar y concientizar desde una edad temprana el autocuidado y protección en redes sociales y plataformas digitales. Incluso, impulsar su participación para formar en México una cultura de un uso responsable de las herramientas tecnológicas.

POR NALDY RODRÍGUEZ
*COMISIONADA PRESIDENTA DEL INSTITUTO VERACRUZANO DE ACCESO A LA INFORMACIÓN Y PROTECCIÓN DE DATOS PERSONALES

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