FAMILIA REAL

¿MEGHAN y HARRY mintieron? El gran escándalo de la Casa Real británica

El lenguaje corporal de los duques de Sussex ha levantado dudas sobre la veracidad de sus declaraciones.

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Príncipe Harry y Meghan.La mirada de Meghan podía reflejar ciertas irregularidades en su versión.Créditos: EFE

Meghan Markle y el príncipe Harry han estado en el ojo del huracán desde que renunciaron a la Casa Real británica, y más aún en estos últimos días luego de la entrevista con Oprah Winfrey, en donde denunciaron actos de racismo por parte de la familia real.

Enrique, de 36 años, y Meghan, de 39, explicaron su salida de la monarquía y su exilio a California por la falta de apoyo de la Corona británica ante la insostenible presión y el racismo de la prensa sensacionalista.

Esta acusación ha provocado una grave crisis en la monarquía del país, donde la fuerza del movimiento Black Lives Matter ha llevado recientemente a revisar la historia colonial y su relación con la trata de esclavos.

Ante las declaraciones de los Duques de Sussex, la reina Isabel II, de 94 años, ha afirmado que "toda la familia se entristece al conocer lo difícil que han sido los últimos años para Enrique y Meghan".

Incluso, aseguró también tomarse "muy en serio" las acusaciones de racismo y se comprometió a que sean tratadas "por la familia en privado", pero dejó claro que "los recuerdos pueden variar" en función de las personas.

Sin embargo, durante la entrevista con Oprah la comunicación no verbal fue contradictoria en numerosas ocasiones con las palabras, por lo que expertos en morfopsicología, recopilados por El Mundo, han argumentado que Meghan mintió en varias declaraciones y que Harry estuvo sometido.

Lo anterior se aprecia cuando en un momento de la plática Harry se inclina y se gira hacia Meghan, quien está plácidamente sentada.

Los expertos señalan que los únicos momentos en los que parecían estar a la par fueron cuando se cogieron de las manos, un símbolo de “uno para todos, y todos para uno”, alusión a los Mosqueteros.

Por otra parte, los expertos afirman que los dotes de actriz ayudaron a Meghan a mostrar más control de sus movimientos, mostrando mucha más confianza con Oprah y la cámara que con su esposo, a quien se le veía más tenso y temeroso cuando ponía sus manos entre las piernas.

Los expertos detectaron que lo más sospechoso de toda la entrevista fue el tono tranquilo que Markle mantuvo ante temas tan simples como el día de su boda y su embarazo o asuntos delicados, como sus pensamientos suicidas, el racismo o la pelea con Kate Middleton.

La mirada de Meghan podía reflejar ciertas irregularidades en su versión, pues cuando dice "ésa es la verdad", desvió la mirada y pestañeó siete veces en dos segundos, un indicador de que mentía en gran parte.

Cuando surge el tema sobre cuál sería el color de la piel de su hijo Archie, acusando directamente a los Windsor de racistas, su mirada fija e intensa denotaba que se refería a alguien muy importante.

Cuando tocó el tema de sus problemas mentales y dijo que "simplemente no quería seguir viva", el argumento se complementó con el levantamiento de su ceja izquierda y los movimientos de su cabeza.

Las lágrimas aparecieron en momentos discordantes y, en otros, fueron contenidas con fuertes parpadeos.

Durante la charla también hubo largos silencios, algunos en los que quizá Meghan estaba buscando las palabras exactas para no herir a nadie y otros, porque estaba armando en su cerebro un relato que resultara creíble, afirman los expertos.

Por su parte, la Casa Real británica ha iniciado un contraataque frente a las explosivas acusaciones de racismo lanzadas por Meghan y Harry, tras dejar claro, pese al tono conciliador de su respuesta, que éstas no se aceptarán sin discusión.

jos