Ejercitarse es importante, pero muchas mujeres suelen pausar la actividad física durante su periodo menstrual. Y es que durante la menstruación, que marca el inicio del ciclo y suele durar alrededor de cinco días, los niveles de progesterona y estrógeno disminuyen, lo que puede generar malestar, fatiga y síntomas de salud mental adversos.
Sin embargo, pequeños cambios adaptativos pueden hacer grandes diferencias, algunos expertos sostienen que ejercicios de bajo impacto como pilates, yoga o caminatas para aliviar estos síntomas y promover el bienestar.
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¿Qué hacer de ejercicio durante el periodo menstrual?
Jodi Montlake, una experta en salud consultada por el medio Daily Mail, expuso que el ciclo, que dura en promedio 28 días, se divide en cuatro fases principales: menstruación, fase folicular, ovulación y fase lútea.
Explicó que durante la fase folicular, que se extiende hasta el día 14, se caracteriza por un aumento en la producción de estrógeno y hormona foliculoestimulante, preparando el cuerpo para la posible fertilización. Es un momento óptimo para incorporar ejercicios cardiovasculares de alta intensidad y entrenamiento de fuerza, aprovechando el pico de energía y la mayor capacidad del cuerpo para utilizar los carbohidratos almacenados como energía.
La ovulación, un breve periodo de gran energía, es ideal para intensificar los entrenamientos antes de pasar a la fase lútea, la más larga del ciclo, donde el aumento en el apetito y la tasa metabólica pueden hacer que el ejercicio se sienta más exigente.
¿Por qué es importante ejercitarse durante el periodo de menstruación?
Ejercitarse durante el periodo de menstruación es vital porque contribuye a mantener el bienestar físico y emocional. La actividad física moderada puede aliviar algunos síntomas del ciclo menstrual, como los dolores y la tensión, gracias a la liberación de endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, que mejoran el ánimo y disminuyen la percepción del dolor.
Beneficios de ejercitarse durante la menstruación:
- Reduce los dolores menstruales: Se incrementa la circulación y ayuda a aliviar los calambres.
- Mejora el estado de ánimo: Se liberan endorfinas, combatiendo así la tristeza y la irritabilidad.
- Disminuye la hinchazón:Ejercitarse puede reducir la retención de líquidos y la sensación de hinchazón.
- Mejora el sueño: La actividad física regular contribuye a un descanso más profundo y reparador.
La clave está en escuchar el cuerpo y ajustar la intensidad y duración del ejercicio según se necesite. Montlake enfatiza la importancia de aprender a trabajar con el ciclo menstrual, no en su contra, como una habilidad esencial para el bienestar femenino. Si el ejercicio resulta demasiado exigente, es crucial tomar tiempo para descansar y recuperarse.