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Olvídate del estrés: 3 preguntas que te ayudarán a encontrar la calma

Trata de mantener la calma y reflexionar hasta en los pequeños detalles, pues te pueden dar soluciones o simplemente ayudarte a despejar la mente

ESTILO DE VIDA

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Así de fácil puedes reducir el riesgo de tener problemas de salud relacionados a los altos niveles de estrés. Créditos: Pexels

En la actualidad resulta casi imposible vivir sin estrés, pues la vida se ha vuelto cada vez más acelerada y por lo tanto llevamos las preocupaciones de la casa a la oficina y viceversa, por lo que parece que no queda ningún momento libre para sentarnos a disfrutar de otras cosas que también importan y que las solemos pasar a segundo termino. Afortunadamente bastan un par de minutos diarios con los cuales encontrar la calma. 

La buena noticia es que esto no siempre tiene que ser de esta forma, ya que tomarnos un respiro y relajarnos puede ser muy beneficioso para la mente y la salud en general, ya que este estilo de vida puede llagar a causar problemas médicos como el burnout del que algunos pacientes han confesado a El Heraldo Digital, se experimenta como una pérdida de la voluntad "y se siente una pesadez" que es muy difícil de sobrellevar

Así que si a lo largo de la semana, si no es que casi diario, sientes cómo el estrés se apodera de tu mente y de tu cuerpo, lo ideal es que te tomes un respiro y te realices tres sencillas preguntas que pueden cambiar tu estado de ánimo en segundos. ¿Las pones a prueba?, después de una profunda reflexión en cada circunstancia que te coloca en esta situación puedes encontrar las herramientas necesarias para superarla y saber si tiene solución, además se si te llevará tiempo o será al instante. 

Deja el estrés fuera de tu vida; así puedes controlarlo. (Foto: Pexels)

¿Tienes certeza de que algo no tiene arreglo?

Nuestra mente puede jugarnos en contra y en aquellos momentos en los que se enfrenta a demasiado estrés es común que surjan pensamientos como "lo eché a perder", "jamás lo podré solucionar" o "no vale la pena intentarlo"; sin embargo, hacerte la pregunta de si realmente se tratan de ideas francas y con argumentos sólidos te puede ayudar a superar la crisis. Y es que debes de saber que hay algo conocido como "pensamientos intrusivos" que aparecen como una consecuencia de situaciones estresantes o de la ansiedad. 

Esta sencilla pregunta te puede ayudar a determinar cuál es el siguiente paso a dar y realmente ver si algo no tiene arreglo o si, por el contrario, era una consecuencia del estrés que no te dejaba pensar con claridad no encontrar soluciones al problema inicial. 

¿Qué puedes hacer para encontrar una solución?

Si después de analizar tu situación te das cuenta que el problema sí tiene una solución, llegó el momento de solucionarlo y para ello puedes pensar en todas las formas que tienes para lograrlo; sin embargo, también tienes que tener presente que el estrés nos hace funcionar de una forma distinta y además de los pensamientos negativos puedes llegar a encontrarte con un bloqueo que no te permita hacer nada. 

¡Evita desquitarte con quienes no tienen la culpa! (Foto: Pexels)

En caso de encontrarte en ese escenario tómate un descanso para despejar tu mente, para ello puedes dar pequeñas caminatas a lugares cercanos o concentrarte en alguno de tus hobbies, pues con este truco lograrás olvidar un poco la situación hasta que por fin encuentres la calma y entonces una segunda valoración será posible. De hecho, hay una mayor probabilidad de que encuentres detalles que no habías notado y que sean la solución que buscabas. 

¿Qué te hizo sentirte de esta manera?

Tras encontrar las respuestas anteriores, llegó el momento de prestarle atención a tus sentimientos y emociones que muchas personas dejan en el último nivel de importancia, pero que pueden ser claves para desenvolverse mejor. Pongamos un ejemplo, llegando a casa después de una larga jornada de trabajo explotas con tu pareja o hijos ante la menor provocación; cuando esto ocurra, preguntante realmente si el comentario o acción de la otra persona fue lo que te hizo desprender todo ese agobio o si la raíz de esto viene de otro lado. 

Al reflexionar probablemente te des cuenta que tu reacción no fue por causa de lo que hizo o dijo la otra persona, sino de algo que ocurrió muchas horas antes en el trabajo. Por ejemplo, recortes del personal, más carga laboral para ti, una llamada de atención o algún proyecto que se vino abajo; una vez que encuentres la razón, pregúntate qué emoción te causó la situación: ira, enojo, tristeza, disgusto, etc. De esta forma, en el futuro tendrás las herramientas necesarias para no "explotar" con las personas que ni siquiera te causaron el malestar. 

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