Una boda es el momento más especial para una pareja, sin embargo, los incidentes o accidentes ocurren. Prueba de ello es un caso que se dio en Ciudad Obregón, Sonora, donde el vestido de una mujer se estropeó luego de que le cayera pintura roja; todo esto fue en la iglesia de Villa California, pero la historias volvió viral luego de que comenzara a circular la versión de que la suegra fue la responsable.
“Se sospecha que la madre y la hermana del novio estuvieron involucradas en el incidente. A pesar del ataque, la novia se recuperó con valentía, se cambió de vestido y continuó con la ceremonia como estaba planeado”, se lee en una publicación que se volvió tendencia en “X”.
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Al final triunfó el amor
Según la publicación, la boda tuvo un final feliz y la pareja pudo unirse en matrimonio. Sin embargo, seguramente pasaron por mucho estrés. De acuerdo con el portal especializado “PsicoGlobal” organizar una boda puede convertirse en una montaña rusa emocional, donde los nervios y la ansiedad hacen su aparición estelar.
Desde el instante en que se decide dar el gran paso hacia el altar, una serie de decisiones comienzan a acumularse: la selección del lugar, la lista de invitados, las invitaciones, el menú, el viaje de luna de miel, y todos los trámites legales necesarios. Cada uno de estos aspectos, por más pequeño que parezca, se erige como una potencial fuente de estrés.
¿Qué hacer para evitar el estrés en una boda?
Entonces, ¿cómo se puede navegar por este mar de emociones sin perder el rumbo? La psicóloga Raquel Rodríguez recomienda, en “PsicoGlobal", que es esencial la reestructuración de los pensamientos. La autoexigencia y la necesidad de control son comunes en estos procesos, pero aceptar que no es posible complacer a todos ni tener todo bajo control puede aliviar gran parte de la presión. Reconocer y aceptar los límites puede ser liberador.
Asimismo, mantener una higiene del sueño adecuada y dedicar tiempo al autocuidado son prácticas fundamentales. Además, reducir los niveles de perfeccionismo y continuar con la vida social son estrategias que ayudan a mantener un equilibrio emocional. Y también la asertividad se convierte en una herramienta valiosa cuando opiniones no solicitadas comienzan a surgir.