Una de las tradiciones más arraigadas es comer la Rosca de Reyes en México. Por la mañana, se abren los regalos y por la noche todos se reúnen en la mesa para partir este alimento y saber quién pagará los tamales.
Lo que muy poca gente sabe es que uno de los elementos de la rosca está orillando a la extinción a una cactácea mexicana. La fabricación del acitrón pone en riesgo a las biznagas de donde se extrae este dulce.
Las biznagas son un cactus redondo que se da en los desiertos de México. Se pueden localizar en la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Teotitlán, pero también crecen en los estados de Puebla, Oaxaca, Hidalgo, Chihuahua y San Luis Potosí.
Especie fundamental
Como la mayoría de los cactus, las biznagas tardan muchos años en llegar a la madurez. Puede tardar entre 15 y 40 años en alcanzar el metro de altura.
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Por esta razón, restablecer a la población de esta especie debe tomar mucho tiempo. De las biznagas se extrae el acitrón, pero estos cactus son elementales en los desiertos mexicanos.
Las biznagas retienen y filtran agua que cae durante la temporada de lluvias, junto con el néctar de sus flores mantienen estable la población de abejas. Al mismo tiempo, ayudan a detener el proceso de erosión del suelo.