PASIÓN POR CORRER

Correr Por Correr

Se trata de volver a los básicos. Recuperar ese tiempo sólo para el disfrute y darnos la oportunidad de descubrir sensaciones nuevas en esto que tanto nos gusta hacer.

OPINIÓN

·
Rossana Ayala / Pasión por Correr / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Que a la mayoría de los corredores nos motive o nos haga ilusión correr un maratón, no significa que sea el único o máximo objetivo en esta afición; tampoco cruzar una meta es el remedio para el alma y el cuerpo. Lo cierto es que no hay que inscribirse en una carrera de cualquier distancia, porque es lo que todo mundo hace: lo más importante es saber si realmente queremos correrla. Que miles de personas lo hagan no significa que todos tengamos que hacerlo.

Conozco a Esmeralda hace más de 15 años, de cuando nuestros hijos comenzaban el preescolar, y desde entonces, ella corre. Es la mujer más disciplinada que conozco: corre de ocho a 10 kilómetros diarios y ni la pandemia (COVID-19) la detuvo. A pesar de que es madre, esposa y ama de casa, siempre encuentra el tiempo para ejercitarse, porque la actividad física es una prioridad para ella y compensa el bolillo que devora por las tardes.

Sin embargo, nunca se ha inscrito –porque no ha querido– en una carrera mayor a los 21 kilómetros. Cuando le preguntamos por qué no le apetece anotarse, nos confiesa que su objetivo es tener todos las mañanas un momento para ser ella misma, recuperar su identidad y dejar de ser la madre, la esposa, la hija y la ama de casa, mientras disfruta del paisaje. No busca más que un tiempo para estar consigo misma, para pensar o desconectar del mundo y sus responsabilidades.

A diferencia de mi amiga, pertenezco al grupo de corredores que necesitamos tener una carrera como objetivo, y creo que, si no me pongo un maratón como meta, me sería difícil encontrar la motivación y la energía necesarias para levantarme a las cinco de la mañana para salir a correr, llevar un plan y comprometerme con la buena alimentación.

Estoy convencida que cruzar la meta de un maratón o de cualquier otra distancia es una experiencia que nadie debería perderse. Sin embargo sería muy bueno que pudiéramos reivindicar el placer de correr por correr; exactamente como lo hacíamos cuando iniciamos en este deporte, antes de que las metas y carreras estuvieran en nuestra mente. Se trata de volver a los básicos. Recuperar ese tiempo sólo para el disfrute y darnos la oportunidad de descubrir sensaciones nuevas en esto que tanto nos gusta hacer.

Lo divertido de hacerlo es que cada quien pone sus propias reglas y no se requiere de una logística complicada: simplemente se sale a correr, como lo hace todos los días mi amiga Esmeralda, quien además, después de su carrera, se da el tiempo de tomarse un café y disfrutar con los amigos.

La ventaja de este deporte es que, fuera de la competencia, es una actividad que no tiene normas. Los tiempos y las velocidades no obedecen a ningún manual. Todo el que corre puede darse el lujo de hacerlo de muchas formas: competitiva, como un ritual o de manera lúdica al igual que los niños. Así como lo dijo Forrest Gump cuando la gente intentaba darle sentido a su gran carrera: “Aquel día, no sé exactamente por qué, decidí ir a correr un rato”.

POR ROSSANA AYALA
AYALA.ROSS@GMAIL.COM
@AYALAROSS1

PAL