PASIÓN POR CORRER

Maratón CDMX: Fiesta en las calles; récords en el podio

Para los miles de corredores que cruzaron la meta, aunque no puedan subir o bajar escaleras, ni sentarse o levantarse, con rigidez muscular, acumulación de ácido láctico, ampollas y uñas negras. Estas molestias durarán sólo unos días, pero la emoción y la felicidad de cruzar una meta seguramente ser

OPINIÓN

·
Rossana Ayala / Pasión por Correr / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La fresca mañana capitalina, con sus 14 grados centígrados a las siete de la mañana, puso el clima ideal para que los 19 mil corredores, entre amateurs y profesionales, arrancaran con todo su entusiasmo, sus ganas y sus sueños, desde Ciudad Universitaria para atravesar la ciudad de sur a norte y terminar en la majestuosa Plaza de la Constitución, ahí donde se ubica en famoso Zócalo de la Ciudad de México. 

El primero en cruzar la meta fue el keniata Edwin Kiprop Kiptoo, quien inspirado por la templada mañana obtuvo una nueva marca de 2:10'48" de la ruta del Maratón que se adoptó en 2019.

En la rama femenil, la etíope Amane Beriso, con sus 2:25'04" impuso un nuevo récord histórico al superar las 2:27'22" impuesto el año pasado. El mexicano Eloy Sánchez, segundo lugar en 2021, fue el mejor mexicano al terminar octavo lugar, mientras que en las mujeres Margarita Hernández ocupó el quinto lugar.

Esta edición 39 del Maratón de la Ciudad de México fue, como ya es costumbre, una carrera en donde los primeros lugares, junto a los premios en efectivo se los llevaron los africanos, pero la gloria de correr y terminar un maratón fue para los 19 mil corredores que hicieron de este evento un homenaje a la fuerza de espíritu y la voluntad humana, esa que más que en las piernas o en el cuerpo, se aloja en el corazón y nos permite vencer cualquier obstáculo, incluidos nuestros propios límites.

Fue como si la lluvia torrencial de la noche anterior que se abatió sobre la capital mexicana, hubiera sido un regalo de los dioses, que apaciguaron con el agua, el polvo, el calor y cualquier desasosiego que impidiera a los maratonistas alcanzar su meta. La mañana nublada del domingo, con todo el frescor que trajo la tormenta, animó y alentó a los corredores, que pudieron tener un inicio relajado y, en el caso de los corredores de élite, terminar y llegar a la meta para romper el récord cuando apenas se asomaba tímidamente el sol del domingo.

Estos días seguirán siendo de fiesta, de logro y celebración para los miles de corredores que cruzaron la meta el domingo pasado, aunque no puedan subir o bajar escaleras, ni sentarse o levantarse, con rigidez muscular, acumulación de ácido láctico, ampollas y uñas negras. Estas molestias durarán sólo unos días, pero la emoción y la felicidad de cruzar una meta seguramente será para toda la vida.

No importa el tiempo que hayas tardado en cruzar la meta, lo he hecho, hecho está. Si no lograste tus objetivos, es tiempo de analizar cuáles pudieron haber sido las fallas. Si obtuviste lo que buscabas o más, ¡enhorabuena! En fin, este maratón ya es historia, pero de esas que se cuentan toda la vida y a la menor provocación de quien lo corrió. Poco más de 19 mil almas haciendo algo grandioso solo para superar a su yo de ayer.

POR ROSSANA AYALA

AYALA.ROSS@GMAIL.COM

@AYALAROSS1

PAL