A Roberto Palazuelos lo hundieron sus propias palabras. Él, sin ayuda de nadie, naufragó.
Lo publicamos en este mismo espacio desde el 11 de febrero: “su candidatura está en la cuerda floja. Crecen las voces dentro de Movimiento Ciudadano contra su intento de ser gobernador de Quintana Roo utilizando al partido naranja como trampolín. Tras sus declaraciones y yerros de las últimas semanas, el actor ha sido forzado por la dirigencia del partido a no aparecer en público, rechazar entrevistas y bajar su perfil”. Y se cayó.
Las señales las había enviado el líder de MC, Dante Delgado, un par de días atrás, cuando platicamos con él en la radio, en MVS Noticias: “hay que cuidar lo que se dice. Siempre en la vida lo que se dice tiene consecuencias”.
Para tener la lengua larga, hay que tener la cola corta, y ese no fue el caso del actor.
Lo de Palazuelos y su fallida candidatura, debería ser lección en varias pistas. Tiene que haber límites. Los partidos no deben llevar a quien sea al costo que sea, a contender por un cargo de elección, menos por una gubernatura. No lo merece la sociedad.
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Sí, ya hemos visto políticos “profesionales” convertidos en saqueadores y a neopolíticos descomponiendo lo que tocan. La lista es larga. Con mayor razón, debe haber un piso mínimo de decoro y decencia. La reputación y prestigio, tienen que importar.
Desde que Palazuelos anunció que buscaría la gubernatura, no dejaron de difundirse vídeos de sus entrevistas de años atrás. Todas le jugaron en contra. Lo menos que dijo es que, junto con otras personas, estuvo en una balacera y “matamos a dos cabrones”. También amenazó con un “ajuste de cuentas” cuando fuera gobernador, a quienes, según él, lanzaron una campaña en su contra. Ya después él dijo que no dijo lo que sí dijo. El único que orquestó un complot contra su candidatura, y la saboteó desde años atrás, fue él.
La caída de Palazuelos no fue una concesión de MC –aunque hubo pudor en algunos de sus integrantes-, sino una reacción a la presión de la sociedad. Su caso tendría que servir para que no hubiera más Palazuelos en la política, para que los partidos realmente fueran mecanismo que filtrara impresentables.
Off the record
En los malabares electorales, todos se terminan pareciendo tanto. ¿Cómo justificar que un senador de Morena ahora será el candidato de Movimiento Ciudadano en Quintana Roo? Tras la caída de Palazuelos, José Luis Pech, quien en una de las últimas votaciones en las que participó en el Senado votó en contra de que se investigara la Casa Gris, con la que se vincula a José Ramón López Obrador, es el abanderado. En MC dicen ser distintos. Lo disimulan bastante bien.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN
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