MALOS MODOS

Por qué votaron por AMLO. Un ejercicio de empatía

Cierras el paper fas-ci-nan-te de una universidad gringa que explica cómo la población blanca, heteronormada, amante del fútbol y comedora de alitas de pollo

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Sé que a nuestro presidente no le gusta la palabra, pero voy a usarla de todas formas: creo que para quienes somos críticos con este régimen es necesario apelar a la empatía y hacer un esfuerzo por entender a aquellos que, dotados de estudios, criados en un ambiente en el que había dinero para libros de historia y viajados como para conocer las muchísimas ventajas del capitalismo, decidieron apoyar a la 4T y ahorita dicen: “Ay, cabrón”, mientras se consuelan con murmurar que estábamos peor con Peña y Calderón, aunque saben que no es cierto.

Pongámonos en su lugar. ¿Qué imaginaron? ¿Cómo era, en su cabeza, el México de AMLO? ¿Cómo sería, en esas mentes justicieras, una jornada en Utopía? Me imagino algo así:

Cierras el paper fas-ci-nan-te de una universidad gringa que explica cómo la población blanca, heteronormada, amante del fútbol y comedora de alitas de pollo es, en esencia, culpable de todo. Bajas, alegre, las escaleras. Agarras la bici. Piensas en lo chido que es haber empezado a trabajar por este sueño a los 41, luego de coronar con éxito tu doctorado Ivy League. Enfilas por la colonia Roma rumbo al Centro. “¿Qué es eso?”, te preguntas ante una multitud reunida en el camellón  de Álvaro Obregón. “Ah, otra manifestación en agradecimiento a Andrés Manuel”. Son los padres de los niños con cáncer, perfectamente atendidos por el INSABI. “A huevo”, te dices. “¿Pensaban que no podíamos sustituir a los monopolios farmacéuticos con empresas comunitarias apoyadas por Palacio Nacional?”. (Nota mental: “Tuitear una felicitación a López-Gatell”.)

Avanzas rápido: no hay coches. La política de apoyo a la bicicleta y el transporte público funciona. Por eso brilla el cielo. Por eso y por lo que oyes en la cafetería donde paras por un latte con leche de soya: “Ayer vinieron los de la CFE a instalar los páneles solares”. (Nota mental: tuitear una felicitación a Bartlett por esa capacidad para cambiar con los tiempos).

El café, producido en Milpa Alta, está ácido y tiene un retrogusto de azufre, pero es consumo local, orgánico, avalado por Elena Álvarez-Buylla. Nada de transgénicos. Llegas al Zócalo. La bandera LGTB ondea, como un relámpago multicolor, libertario, contra el cielo azul. A lo lejos, otra vez, las mujeres de verde se acercan a Palacio Nacional para gritar loas al presidente más feminista de la historia. ¿Y esas carpas? La Guardia Nacional abraza a los integrantes de Unión de Tepito, que han decidido entregar las armas, motivados por la justicia social que han traído el Tren Maya y Gas Bienestar.

Sí, sonaba increíble. A ver si un día nos platican dónde leyeron o escucharon que eso iba a sustituir a la Guardia bajo mando militar, los piropos al crimen organizado por nada más asesinar a 90 candidatos y el combustóleo. Pero no hoy. No arruinemos el momento.

POR JULIO PATÁN
JULIOPATAN0909@GMAIL.COM 
@JULIOPATAN09 

DZA