ARTICULISTA

Kahlo. Del dolor al color

Frida Kahlo (1907-1954) es sin duda alguna una de las figuras más representativas de la historia de México. No sólo porque pertenece a una generación de artistas que legó pautas al arte pictórico universal, sino también por otros valores y aportaciones que la han llevado a todo el mundo.

OPINIÓN

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Bernardo Noval/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

Frida Kahlo (1907-1954) es sin duda alguna una de las figuras más representativas de la historia de México. No sólo porque pertenece a una generación de artistas que legó pautas al arte pictórico universal, sino también por muchos otros valores y aportaciones que la han llevado a todo el mundo.

Rebelde, indomable, resistente, creativa, desafiante, arriesgada, osada y contradictoria, Frida se enfrentó constantemente al mundo y también todas estas características personales se encuentran en su arte. Sus obras reflejan la historia de su vida, revelando claves de diferentes momentos y de múltiples historias. Mucho se ha escrito sobre ella en diferentes términos: como pintora, como mujer, como feminista, como protagonista de movimientos, como mártir, como escritora, como emblema de una época y una lista interminable de diferentes Fridas.

Como pintora, Frida fue una artista autodidacta y de escasa producción, apenas pintó doscientos cuadros en toda su vida, y la mayoría  fueron autorretratos.

El retrato es la representación de una persona donde se muestran sus características, inicialmente fue un género desarrollado por una necesidad de representar posiciones o la individualidad de la persona pintada. Por otro lado, dependiendo del contexto, los retratos pueden servir para estudiar psicológicamente a la persona, según sus rasgos fisonómicos, la expresión del rostro, el vestuario y el peinado. También son útiles para revelar el entorno o la época y acercarnos a la ideología del pintor. En este sentido, el autorretrato transmite claves del pintor o la pintora, acerca de un yo afuera y su mundo interior.

Cuando Frida pintó su primer autorretrato tenía diecinueve años, posteriormente algunos especialistas en la artista afirman que sus autorretratos de 1926 a 1932  muestra una sencillez compositiva, casi como una estructura fotográfica en donde todavía no predominan los elementos surrealistas. Pero a partir de 1932, sus autorretratos se van transformando con un trazo surrealista.

Asimismo, Frida nunca dejó de manifestar su mundo interior en sus autorretratos, aunque no todos muestran una imagen de dolor, la mayoría enfatiza diversos sentimientos negativos. “Me han preguntado muchas veces por esa persistencia en el autorretrato. Al principio no tenía elección, y creo que esa es la razón fundamental de esa permanencia del yo-sujeto en mi obra... Del modo más académico, hice de mí misma mi modelo, mi tema de estudio. Y me aplique...”, así lo aseguraba la artista.

De igual forma, la paleta de Frida se convirtió en colores simbólicos, poblados de imágenes de tristeza, soledad y el terrible sufrimiento que padeció, tendientes también a una búsqueda interior de un mundo pacífico y sin dolor. Así se lee en su diario en cuanto al significado de algunos colores: verde: luz tibia y buen; café: color de mole, de hoja que se va, tierra; amarillo: locura, enfermedad, miedo, parte del sol y de la alegría; azul cobalto: electricidad y pureza, amor; magenta: ¿sangre? Pues ¡quién sabe!...

Ya han pasado 114 años que esta creadora llegó al mundo y desde entonces en torno a ella sabemos mucho y a la vez muy poco, pues conforme pasa el tiempo y se encuentran nuevos hallazgos sobre su vida, también surgen nuevas lecturas desde diferentes puntos de vista que profundizan en el mundo de esta enigmática mujer.

POR BERNARDO NOVAL
CEO MUST WANTED GROUP
@BERNIENOVAL
@MUSTWANTEDG 

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