Este 2021 será el año donde una vacunación masiva nos permitirá iniciar un periodo de recuperación económica estimado por algunos analistas en un 4 por ciento, permitiéndonos también evaluar las consecuencias que ha dejado la pandemia en la que aún nos encontramos. La cita de la ciudadanía con las urnas para el 6 de junio traerá como resultado las condiciones de gobierno para el segundo período del sexenio, en esta lucha por el poder la oposición se ha fijado como primer objetivo obtener la mayoría en la Cámara de Diputados, sin embargo, aún arrastra daños muy severos derivados de la elección 2018. Sin olvidar la importancia que tiene para ellos ganar cualquier posición de los más de tres mil puestos de elección popular que se juegan en la próxima elección como son: las gubernaturas, alcaldías presidencias municipales y congresos locales, ya se manifiesta la tensión entre consolidar el proyecto de gobierno de la cuarta transformación y la posibilidad que tiene la oposición de ganar espacios para ser contrapeso y obligar al gobierno a negociar su modelo de desarrollo económico, que busca, fundamentalmente, que la riqueza nacional se trasmine a los sectores sociales, facilitando la competencia entre la inversión extranjera y las élites del país, para exigirles a ambos una mayor proporción de los beneficios para financiar los programas sociales.
Aquí la apertura económica lograda por el neoliberalismo es una herramienta aprovechable para dirigir la distribución de la riqueza social que exigen millones de pobres, y una creciente y preparada clase media. Del 6 de junio y del resultado en las elecciones, se habrá de definir los términos y condiciones de los proyectos con los que gobernará el resto del sexenio Andrés Manuel López Obrador, entre ellos, la posibilidad de un nuevo pacto fiscal tan demandado por algunos gobernadores de oposición integrantes del llamado grupo Alianza Federalista. El momento es difícil, porque los partidos políticos de oposición que construyeron el desastre de nuestra economía y que fueron cómplices no parecen entender que hoy deberían sumarse y que todos juntos tenemos que resolver los problemas del desarrollo causados por 30 años de una verdadera descomposición social. No debemos olvidar que aún existen grupos de poder que controlan medios de comunicación y amplios sectores de la economía, y que estos grupos han utilizado permanentemente durante los dos años del gobierno del cambio diversos adjetivos para descalificar las acciones de quienes impulsan las transformaciones y que otros se han camuflajeado e incrustado en el movimiento de la 4T, cuando fue evidente su triunfo. La historia concluye casi siempre en síntesis que reflejan realidades y aspiraciones de un pueblo en un tiempo determinado, hemos llegado a la cuarta transformación nacional, que habrá de cristalizarse en un programa consistente de disposiciones constitucionales emanadas de un congreso con mayoría afín a esta segunda etapa del sexenio.
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POR JOSÉ EMMANUEL VARGAS
DIPUTADO CDMX
@EMMANUELVBR
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