LA ENCERRONA

El cierre de la era Trump

Recordemos que el primer juicio político en la historia del gobierno estadounidense fue en 1868 al presidente Andrew Johnson, el segundo mandatario fue Bill Clinton en 1999 por su incidente con Monica Lewinsky, ambos demócratas y exonerados por el Senado

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

A pesar de la bonanza económica pre pandémica y los discursos de odio -que encajaban muy bien con algunos de sus seguidores-, Donald Trump pasará a los libros de historia como el peor presidente de los Estados Unidos. Su nacionalismo a ultranza, sus tuits desmesurados, la polarización provocada entre las y los habitantes, su racismo y xenofobia, su mal vista relación con Rusia, sus embates hacia los organismos internacionales, su escándalo relacionado con Ucrania, su miopía ante la Covid-19 y su terrible manejo que ha dejado al país como el mayor país de personas contagiadas y fallecimientos, así como su locura al ver perdido su lugar en la Casa Blanca, bastarían para enviarlo al basurero de la historia.

Sin embargo, para Trump no fueron suficientes estos hechos y, el 6 de enero, azuzó a sus simpatizantes a desconocer los resultados electorales y tomar el Capitolio con uso de violencia, realizar persecuciones a las y los congresistas presentes e incluso a querer -linchar- a su vicepresidente, Mike Pence. Evidentemente esto traería consecuencias y el presidente número 45 fue sometido a su segundo impeachment, siendo el primer mandatario en ser impuesto a juicio político en dos ocasiones y, también, exonerado en ambos casos.

Recordemos que el primer juicio político en la historia del gobierno estadounidense fue en 1868 al presidente Andrew Johnson, el segundo mandatario fue Bill Clinton en 1999 por su incidente con Monica Lewinsky, ambos demócratas y exonerados por el Senado. El tercer presidente en ser enjuiciado fue Donald Trump, a quien lo “salvaron” los miembros del Partido Republicano, pero exhibieron grandes rupturas en plena carrera electoral, sobre todo con el líder de la bancada, Mitch McConnell y por lo que quizá hizo que, a la postre, no se diera la reelección para los republicanos.

En este segundo impeachment, el ahora expresidente Trump fue exonerado y lo que lo auxilió a hacerlo fueron los tiempos, más allá de los actos cometidos, ya que para sus ex compañeros de partido las faltas cometidas por Trump existen, son contundentes, evidentes y graves, sin embargo “no vieron el caso” condenar a un ex mandatario. Por lo que la votación alcanzó los 57 sufragios a favor del veredicto de culpabilidad (50 demócratas y 7 republicanos), mismos que resultaron insuficientes para alcanzar los dos tercios necesarios (67) para poder proceder en contra del magnate neoyorquino, pero sí para dejar un precedente de fractura en el seno del Partido Republicano.

Así pues, Trump ha sido dispensado una vez más, pero su legado y tropelías quedarán para siempre. Este segundo juicio fast track (pues duró solo 5 días) también será vista como una oportunidad que dejaron ir las y los congresistas para dar un mensaje al mundo de que en el aún hegemón internacional, se castiga a aquellos que van en sentido contrario a la democracia liberal y a los intereses nacionales. Al interior de la política de Estados Unidos aún queda tiempo para reflexionar acerca de su tan expuesto Colegio Electoral, el sistema bipartidista y, sobre todo, para poner los candados necesarios para que no se vuelva a repetir la llegada a la Casa Blanca de un personaje con las características “trumpeanas”. Esperemos que con esto se cierre la era oscura de Donald Trump.

POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR

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