COLUMNA INVITADA

La renuncia de Santiago Nieto

Desde su nombramiento como titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), la permanencia de Santiago Nieto Castillo tenía los días contados

OPINIÓN

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Rubén Salazar / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Desde su nombramiento como titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), la permanencia de Santiago Nieto Castillo tenía los días contados, y no por su falta de integridad o capacidad, las cuales tiene de sobra, y lo distinguían –al tiempo que lo distanciaban- de otros cuadros de Morena, que harían estallar los polígrafos si rindieran su declaración patrimonial o de intereses.

El tiempo en realidad se le acababa por el nerviosismo que generaban sus maniobras contra el lavado de dinero, tanto al interior como al exterior del régimen, y no porque tuviera en la mira a la delincuencia organizada, lo que les tenía sin cuidado a los políticos, pues incluso si tuvieran vínculos con delincuentes, los peones que terminaban pagando, casi siempre son los últimos.

Lo que verdaderamente preocupaba a la clase política era que Santiago Nieto abarcara en sus modelos preventivos a las personas políticamente expuestas (PEP), quienes tienen mayor riesgo de involucrarse en sobornos o corrupción. Uno de los casos emblemáticos que le tocó investigar como Fiscal Electoral, fueron los sobornos de la empresa brasileña Odebrecht al ex director de Pemex, Emilio Lozoya, para financiar la campaña de Enrique Peña en 2012, a cambio de contratos.

En represalia, fue la primera vez que se vio forzado a renunciar por órdenes presidenciales, por “transgredir el Código de Conducta de la Procuraduría General de la República”, luego de revelar a la prensa que Lozoya le había presionado para exonerarlo. Hoy Lozoya se encuentra por fin preso, en buena parte por las indagatorias de Santiago, y no por cenar pato pekinés en un restaurante de lujo, o por el impecable trabajo de la Fiscalía General –a quien ya se le había “fugado” una vez-.

Tras su intempestiva renuncia a la 4T, la única Luna de miel que no tenía futuro era la de Santiago Nieto con un gobierno que es fruto podrido de un pacto de impunidad, sembrado por los mismos intereses de la nueva generación del PRI, a la que el mandatario mexicano no ha querido tocar ni con el pétalo de una rosa, o la boleta de una consulta popular.

Lo posición de Santiago era ya indigna e insostenible -como la de muchos otros ex colaboradores de AMLO que desertaron al cumplir una función ornamental -, por encontrarse atado de brazos para profundizar en el presunto lavado de los hermanos de su jefe para financiar su campaña en 2018, como por el desgaste que iba acumulando al ser visto como el instrumento de persecución política del Presidente en contra de sus adversarios, algunos de ellos, cercanos a Nieto Castillo.

La 4T no sólo perdió a uno de sus mejores servidores públicos, agotó lo último que le quedaba de credibilidad y autoridad moral.

POR RUBÉN SALAZAR

DIRECTOR ETELLEKT

@ETELLEKT_

MAAZ