DEFINICIONES

O abrimos, o morimos

El Valle de México va de récord en récord en hospitalizaciones en medio de un semáforo rojo y con negocios cerrados

OPINIÓN

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Créditos: Especial

La gestión es caótica. El sistema hospitalario en el Valle de México se aproxima al colapso; la economía de millones está al borde del precipicio.

A pesar de estar en semáforo rojo y tener cerrada buena parte de la economía formal, la curva de contagios y hospitalizaciones no baja. Del otro lado de la moneda, la informalidad sí opera y lo hace con menos medidas sanitarias. Formales e informales, necesitan trabajar para vivir, no hay duda. Millones de personas van al día. Pero hay doble rasero.

A los formales, se les exige cerrar. Se les pide aguantar. Prohibido abrir, para ellos que pagan impuestos, que deben erogar el costo de una renta, servicios y sueldos. Castigo a quienes aperturen. No importa que hayan hecho un enorme esfuerzo por adaptarse a los nuevos tiempos, e invertido para adecuarse y contar con medidas. En contraparte, para los informales, tolerancia. Carta abierta para seguir trabajando. Ni se salvan vidas, ni se salva la economía. Los contagios, hospitalizaciones y muertes no paran y la economía de millones pende de un hilo. En su último corte, el del 11 de enero, el Valle de México registró su máximo número de hospitalizaciones desde que inició la pandemia: 9 mil 479 personas. El máximo anterior fue el 10 de enero. Antes, el 9. Antes, el 8. Antes, el 7. Y así desde que comenzó el año. El 6 de enero, por ejemplo, se reportaron 9 mil 2 personas hospitalizadas. El 2 de enero, 8 mil 695. La tendencia de crecimiento no cambia. Desde que inició el año, el Valle de México va de récord en récord. Esos máximos se han dado con semáforo rojo y negocios cerrados. A decir de la estadística, ni la emergencia sanitaria se contiene, ni la crisis económica se frena.

Cerrar los establecimientos formales no ha detenido los contagios ni las hospitalizaciones, y sí ha puesto contra las cuerdas millones de empleos. 13 mil 500 restaurantes ya quebraron en el Valle de México; 80% de los negocios de los que sobreviven, están en riesgo de bajar la cortina definitivamente porque ya no resisten (Canirac). Los apoyos desde los gobiernos de la CDMX y Edomex son raquíticos.

Los cacerolazos que comenzaron el pasado lunes, cobran fuerza. El sonar de ollas es un grito desesperado de quienes ya no pueden más. La situación es insostenible. O abrimos, o morimos, dicen. Y sí. Los gobiernos capitalino y mexiquense deberán revalorar su toma de decisiones. Una semana más de cierre sería catastrófica. La desobediencia civil está a la vuelta de la esquina. Prohibir, perseguir, amagar, no parece estar dando resultado. Por supuesto que cuidar la salud, mantener la disponibilidad de camas y disminuir los contagios, debe ser la prioridad. Pero a la par no puede condenarse a millones de personas al desempleo, a miles de negocios a la quiebra.

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-Off the record

Dolores Padierna levantó la mano, pero el camino para ella no es sencillo. Enfrente tendrá a Néstor Núñez, el alcalde que busca la reelección en la Cuauhtémoc, la joya de la corona. Bejarano-Padierna vs. Núñez-Monreal. Se aceptan apuestas.

 

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
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