COLUMNA INVITADA

Del rojo a la tragedia

La capacidad hospitalaria está a punto de colapsar, ya no hay camas disponibles en los nosocomios

OPINIÓN

·
Héctor Serrano/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Se agotaron los colores que puedan reflejar la crisis sanitaria y económica que se nos viene. Muy a su pesar, el gobierno de la Ciudad de México tuvo que aceptar lo que desde hace semanas era obvio: estamos en semáforo rojo, un rojo muy intenso. 

La capacidad hospitalaria está a punto de colapsar, ya no hay camas disponibles en la mayoría de los nosocomios de la capital del país y parece que lo peor está por llegar, aún no estamos en el pico de la emergencia, faltan los números de nuevos contagios y de fallecimientos que arrojaran las fiestas decembrinas, pero atendiendo al comportamiento de la población durante las últimas semanas, el resultado es predecible. 

Por si hiciera falta algo, el nuevo confinamiento traerá como consecuencia inevitable otros decesos, en este caso, la muerte anticipada de miles de negocios que nunca lograron recuperarse del primer cierre de actividades. Unidades económicas quebradas, es igual a más desempleo y por consiguiente menos ingresos, elementos sustanciales para una crisis económica. 

Para paliar los efectos de la pandemia hace falta un programa de apoyos económicos para las pequeñas empresas, pero parece imposible; el repunte de casos se da en el peor momento posible, viene el cierre fiscal, y para esta fecha, los ingresos de la capital ya están ejercidos o comprometidos, los micro y pequeños empresarios, no contarán con ningún apoyo gubernamental para lo que resta del año. 

La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, trató de evitar por todos los medios a su alcance que llegáramos a esta situación: promovió el uso de cubrebocas, lanzó programas de apoyo para trabajadores y empresarios, se hizo asesorar de expertos en salud para la toma de  decisiones, implementó sistemas para la detección y seguimiento de nuevos casos, amplió la capacidad hospitalaria y promovió la realización masiva de pruebas rápidas, entonces, ¿Cómo llegamos a esto? 

Aunque la respuesta tiene muchas aristas, sigue pesando la irresponsabilidad ciudadana promovida y auspiciada desde el gobierno federal en la figura de Hugo López-Gatell, el funcionario que no dudó en minimizar, trivializar e incluso ironizar, todos los datos que indicaban que esto pasaría. 

El responsable de hacer frente a la emergencia ha fallado y seguirá fallando en todos y cada uno de sus pronósticos. 

Demostró una enorme incapacidad para implementar una estrategia adecuada, es el mismo que hasta hace una semana decía que el color del semáforo era intrascendente, sus constantes pifias han exacerbado la ignorancia; muchos al igual que él, no creen que el COVID-19 cause enfermedades graves, consideran innecesario el uso de cubrebocas, creen en la fuerza moral para combatir la enfermedad, apelan a la inmunidad del rebaño, o sea, contagiarnos todas y todos, de una vez por todas. Hay que agradecer a su irresponsabilidad el nuevo color rojo con tintes de tragedia.   

POR HÉCTOR SERRANO
COLABORADOR
@HSERRANOAZAMAR