Dzibilchaltún significa en lengua maya "Lugar donde hay escritura en las piedras", en alusión a las numerosas lápidas conmemorativas encontradas en el sitio, llamadas también estelas. Según los expertos, hubo asentamientos desde el año 500 a.C., es posible que desde antes, y perduró hasta la conquista de los españoles alrededor del año 1540 d.C.
Y este día se convierte en un de los sitios predilectos para recibir la primavera en la Península de Yucatán debido a el fenómeno arqueo-astronómico del equinoccio ocurre los días 21 de marzo y 21 de septiembre, al amanecer, cuando la puerta del Templo de las Siete Muñecas se ilumina con el resplandor del Sol que aparece en el horizonte y, en un momento dado, el disco celeste queda al centro de la puerta y crea un espectáculo de luz y sombra en la fachada poniente.
Estos días, se puede observar la increíble precisión de la astronomía maya integrada a su arquitectura. Los mayas utilizaban el sol como base para la planeación de sus vidas debido a que dependían de la agricultura. Con el equinoccio de primavera iniciaban la siembra y con el equinoccio de otoño la cosecha.
En punto de las 6:10 am el sol, conocido por los mayas como el dios “Ki’in” se postró en la puerta central del templo de las Siete muñecas.
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El Templo de las Siete Muñecas o Templo del Sol, que es una subestructura cuadrangular de lo que alguna vez fue un templo monumental, y llamado así por una ofrenda que se encontró en su interior de siete figuras de barro con forma humana.
Debido a la pandemia del coronavirus, las autoridades del estado decidieron no abrir la zona arqueológica al público para evitar aglomeraciones que pudieran incrementar los casos de Covid-19 entre la población.
AV