Aurora Rivera es una mujer mayor de 60 años, alegre, trabajadora y madre de tres hijos; lleva cinco años su lucha contra el cáncer de mama etapa dos, con el apoyo de médicos y su familia. Las estimaciones de los médico es que en dos meses el cancer entre en remisión, pero ella reconoce que aún le teme a ese mal.
Aurora, quien vive en Ciudad Madero, relata a El Heraldo de México que en agosto de 2015 fue diagnosticada. Pensó que en ese momento iba a morir
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"Era un día de esos calurosos de Agosto que se sienten en esta parte de Tamaulipas; sentí algo anormal en mi seno derecho, en ese momento pensé que me quedaría poco tiempo de vida", platica.
Con el apoyo de su esposo y sus hijos, acudió al Centro de Salud de Tampico; ahí le realizaron una mastografía y recuerda bien que le dijeron que a simple vista ella presentaba un problema.
"Un día después recibo una llamada en la que me indicaban que debía presentarme a una cita médica en oncología. Sentí un miedo terrible y no podía dejar de llorar, era horrible", señala.
Tras una biopsia el diagnóstico llegó: era un tumor cancerígeno en el seno derecho: Debía ser extirpado lo antes posible y dar inicio a un tratamiento, pues su vida estaba en riesgo. El 15 de septiembre de ese mismo año fue intervenida quirúrgicamente.
"Han sido cinco largos años, una serie de quimioterapias dolorosas y cansadas, exámenes, estudios, tratamientos que en ocasiones se agotan, y dejar de tomarlos pone en riesgo mi salud".
Hoy, a dos meses de la posibilidad de ser dada de alta, Aurora confía en poder dejar atrás las noches en vela que ha pasado durante un lustro; sin embargo, aún persiste el miedo pues sabe que todo puede suceder, por lo que confía plenamente en Dios y los doctores.
Por: Carlos Juárez