Iniciar el día con una meditación es una forma de agradecer para antes de que comiences con tus actividades cotidianas. La práctica de la gratitud se puede utilizar para fomentar un estado de ánimo positivo, lleno de esperanza y resiliencia. A medida que experimentamos emociones positivas como la gratitud, la bondad y la compasión, nuestra conciencia se amplía, también nuestra creatividad y capacidad para resolver problemas florecerá.
Antes de empezar la meditación es importante que busques un lugar seguro y tranquilo donde sepas que no te molestarán ni tendrás interrupciones. Siéntate erguido en una posición cómoda y estable o acuéstate boca arriba, con algo de apoyo debajo de las rodillas. Asegúrate de estar lo suficientemente abrigado y con ropa cómoda que te permita respirar sin presión.
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Meditación de relajación y gratitud a tu cuerpo para iniciar el día
Solo te tomará 10 minutos hacerlo, así que cuando estés a punto de iniciar, permite que tus ojos se cierren suavemente o mantengan un enfoque suave. Respira lenta y profundamente para llegar al momento presente y comenzar el proceso de sentirse más tranquilo y centrado.
Haz una introspección de uno o dos minutos para en busca de áreas donde haya opresión, tensión o dolor y enfoca tu aliento, respiraciones y oxígeno en esa área. Mientras inhalas, deja que la tensión se libere de esa zona y luego exhala.
¿Cómo nos ayuda una meditación de gratitud?
Las meditaciones de gratitud nos ayudan a liberar cualquier preocupación, miedo, enojo, irritación o sentimientos que nos están provocando estrés o dolor. Con esta práctica aprenderás a respirar esas emociones, así las podrás observar y analizar; deberás permitir que fluyan para poderla dejarla ir.
Este es el momento indicado para agradecer por tu vida, la de los tuyos y porque a pesar de cualquier eventualidad presente, frente al caos se encuentra la gratitud. A veces durante nuestra rutina diaria olvidamos que estamos vivos y que estamos en esta tierra por un objetivo, al recordarnos esto todos los días seremos más conscientes de lo que tenemos.
No olvides agradecer por:
- La vida propia
- Por poder oír, ver, respirar, caminar y comer
- Porque nuestro corazón sigue latiendo
- Porque tenemos un hogar, un auto y lo necesario para vivir
- Porque podemos disfrutar de nuestra ciudad, de la naturaleza y de su belleza