Para nadie es un secreto que Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como "Chespirito", es considerado uno de los grandes comediantes que nacieron en México, pues sus personajes como "El Chavo del Ocho" y "El Chapulín Colorado" continúan divirtiendo a las nuevas generaciones.
Lejos de las series de comedia, "Chespirito" también destacó como productor, guionista y actor de cine. Por ello, su muerte dejó un hueco prácticamente imposible de llenar en la industria del entretenimiento.
Fue durante la mañana del 28 de noviembre de 2017 cuando los amantes de la pantalla chica quedaron en shock después de que se confirmara el fallecimiento del último gran comediante que nació en este país. El actor habría muerto víctima de un infarto.
Su imperio en Cancún
Sus últimos años de vida, Roberto Gómez Bolaños los vivió en una lujosa mansión localizada en uno de los fraccionamientos más exclusivos del bello destino turístico de Cancún, en el estado de Quintana Roo.
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"Villa Florinda", como decidieron nombrar la mansión, estaba rodeada de un sin fin de lujos y comodidades que hicieron que su valor fuera valuado en aproximadamente dos millones de dólares.
De acuerdo con distintos medios del espectáculo, la casa contaba con cancha de tenis, gimnasio, spa, jacuzzi, muelle privado, siete habitaciones, sala de cine y estacionamiento para cuatro vehículos.
Fue en esa propiedad en donde el protagonista de "El Chavo del Ocho" y "El Chapulín Colorado" pasó sus últimos días de vida, pues por recomendación médica se tuvo que alejar las grandes ciudades.
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