TOKIO 2020

Tokio 2020: polémica por “supertenis” que ganan medallas y rompen récords en la pista

El avance de la tecnología textil y la infraestructura moderna de las pistas de atletismo han generado la polémica en Tokio 2020

DEPORTES

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El poseedor del récord mundial y olímpico, Karsten Harholm en su prueba de 400 con vallas Foto: AFP

En los últimos días los récords en las pistas de atletismo de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 han caído frecuentemente y varios expertos se lo atribuyen al avance tecnológico, por un lado a la tecnología textil que ha creado zapatillas deportivas “rompe-récords” y por otro lado, la creación de mejores pistas de atletismo que las hace más ‘elásticas’ construidas específicamente para derrochar velocidad y con ello apoyar a los atletas.

Los récords que se han roto hasta el momento en la pista de atletismo del Estadio Olímpico de Tokio ya han superado a los que se implantaron en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Beijing 2008 y con un par de días más de competencias, se podría romper la marca histórica que mantiene la justa veraniega de Montreal 1976, cuando se logró la mayor cantidad de récords en las pistas.

La polémica sobre la ruptura tan ‘sencilla’ de récords que llevaban años sin ser rotos, deriva de la creación de zapatillas deportivas con tecnología de primer orden de la mano de la firma Nike, los llamados “Super Spikes” que precisamente forman parte de los atuendos de varios atletas que rompieron récords en Tokio 2020.

Este caso no es el único que ha generado polémica, durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 los tres primeros clasificados de la maratón masculina y la ganadora de la maratón femenil contaban con “alas adicionales”, unas zapatillas de la misma marca con la tecnología denominada “Vaporfly”.

Los zapatos contaban con una suela más gruesa y placas curvas de fibra de carbono, lo que en la realidad si demostraron mejorar el rendimiento en un porcentaje pequeño (apenas 4 %) pero suficiente para hacer diferencia con otras zapatillas de similares condiciones pero que no contaban con esa tecnología disponible en el mercado, dicha tecnología permitía “impulsar” al corredor gracias a su sistema.

En el caso de las “Super Spikes”, Nike combinó espumas y cámaras de aire ligeras y resistentes con una placa rígida de nylon o fibra de carbono. Esos dos adelantos tecnológicos de la ingeniería textil (espuma y placa de fibra de carbono) son también características destacadas de las Vaporfly y de otros zapatos, pero con algunas diferencias.

Los avances tecnológicos no son únicos de la marca, el más reciente campeón olímpico y poseedor ahora del récord mundial, el noruego Karsten Warholm, rompió el récord del orbe implantado desde los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992.

El velocista pulverizó el récord anterior de la prueba de 400 con vallas, parando el reloj en 45,94 segundos con lo que bajó en 76 centésimas de segundo el registro, sin embargo, el atleta no llevaba puestas las zapatillas de Nike, sino de uno de sus competidores, Puma y sinergía con Mercedes quienes crearon las Puma EvoSpeed Future Faster +, que desde luego ayudaron en la prueba, pero de acuerdo con el medallista no de la manera en la que supuestamente lo habían hecho otros atletas con las zapatillas de Nike.

Esa competencia fue todo un suceso, los medallistas de oro y plata rompieron el récord mundial (Warholm y Benjamin)  y lo mismo pasó con la prueba femenil en la que la campeona Sydney McLaughlin batió el registro al igual que el segundo lugar, Dalila Muhammad, ambas contaban con zapatillas adecuadas para la competencia y contaban con un plus extra.

La construcción de la pista

La pista también ha sido diseñada para lograr un mayor “agarre” y una mayor comodidad, recordemos que el tartán es una superficie acolchonada que les permite a los atletas minimizar el impacto a la hora de correr  sobre todo en las articulaciones, por esa razón, los diseñadores se han dado a la tarea de mejorar las pistas.

En el caso de la pista del Estadio Olímpico de Tokio, la tecnología que se utilizó fue una añadidura de gránulos de goma en el trazo con un espesor de 14mm, en tanto que la capa inferior cuenta con un diseño hexagonal que deja pequeñas bolsas de aire, lo que le otorga un mayor “agarre” y si se combina con los tachones que tienen las zapatillas deportivas, el resultado es más eficiente para quienes la utilizan.

De acuerdo con el experto deportivo en diseño de pistas, Andrea Valluri, la pista absorbe el impacto y “les regresa un poco de energía” a los atletas, lo que a la postre les genera una ventaja de rendimiento del 1 al 2 % lo que la ha hecho la más rápida de la historia.

La atleta ganadora en los 400 metros con vallas Mc Laughlin al parecer le dio la razón ya que declaró que en su competencia, sintió que la pista le devolvió la energía y la empujó hacia adelante en el momento en que corría su prueba.

La polémica no es nueva, ya en anteriores ediciones olímpicas como en Beijing 2008, salieron a relucir detalles que mostraban adelantos tecnológicos en favor de los atletas, tal es el caso de los trajes de baño de la marca Speedo, que de acuerdo con algunos atletas, ayudaban a flotar de mejor forma a los nadadores y “cortaban” el agua al momento de bracear.

El más sofisticado traje alguna vez visto, el LZR. Una historia de polémica en la que aparecen nombres conocidos en el deporte como Michael Phelps, Kieren Perkins y la empresa Speedo.

Con el paso del tiempo nos hemos dado cuenta que la tecnología si ayuda, pero no es determinante, vale mucho más la habilidad y el entrenamiento de los atletas para poder romper las marcas y subir al podio que el simple uso de un implemento tecnológico.

De ser así, no habría competencia y sólo ganarían los mismos atletas en todas las competencias y eso no ha sucedido hasta el día de hoy.