Dejando de lado las festividades religiosas o cívicas, el Día de las Madres es una de las celebraciones que unen a las personas en todo el mundo sin importar la ideología, religión o nivel socioeconómico.
De hecho, festejar a las mamás es algo que ya hacían civilizaciones antiguas, como la griega o la romana, quienes ya tenían fechas específicas para celebrar a Rhea y Cibeles, consideradas las diosas madre.
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En otras culturas, como la azteca o la vasca, también existía este tipo de culto. Mientras que en la civilización precolombina la fiesta de Tonantzin era una de las más importantes, entre los europeos la fiesta de Andra Mari, la creadora de todo, era el día más importante del año.
Así, sin importar si estás en África o en Asia, si tiene un contexto religioso o meramente comercial, siempre hay un día en el que celebrar a mamá es lo más importante de la jornada.
Un baile de fechas
Por lo regular, las celebraciones maternas tenían que ver con la llegada de la primavera, por lo que se solían realizar en marzo. Sin embargo, durante la Edad Media, el calendario litúrgico propuso que el Día de la Madre Iglesia se celebrara el cuarto domingo después de la Cuaresma, tradición que continúa en el Reino Unido.
La realidad es que días de la Madre hay prácticamente durante todo el año. Por ejemplo, en Noruega es el segundo domingo de febrero, mientras que en la mayoría de las naciones de Medio Oriente se sigue realizando durante el inicio de la primavera. En Rusia y algunos países que pertenecieron al bloque soviético, esa fecha se celebra el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
En México, desde hace poco más de un siglo, celebramos la fecha el 10 de mayo, costumbre que se extendió a algunos países de Centroamérica, como Guatemala, donde al igual que en el territorio nacional las mamás son agasajadas con chocolates y flores.
Sin embargo, la fecha más común de esta celebración es el segundo domingo de mayo, en buena medida impulsada porque en Estados Unidos es cuando se festeja a las mamás, al menos desde el siglo pasado, gracias a una mujer que quería recordar a su madre.
Anna Jarvis, la mamá del Día de las Madres
Se dice que cuando murió su madre, en 1905, Anna Jarvis quedó devastada. Sin embargo, este triste acontecimiento le permitiría, de alguna manera, homenajear a su mamá a través de la alegría de todo el mundo.
En 1907, Jarvis comenzó una agresiva campaña para dedicarle una jornada entera a las mamás de todo el mundo, misma que logró imponer en 1911, luego de cuatro arduos años de lucha para su reconocimiento oficial.
Este gesto se convertiría en la norma en todo el mundo, donde la fecha fue aprovechada por numerosos empresarios, quienes veían en el Día de las Madres como un encuentro en el que se podía hacer buen dinero.
Uno de los primeros cambios en la tradición ocurrió en Australia, luego del fin de la Primera Guerra Mundial. Debido a la muerte de numerosos soldados, muchos de ellos ya no podían regresar a abrazar a sus mamás, por lo que Janet Heyden impulsó que se les diera un obsequio de caridad a las mujeres que habían perdido a sus hijos.