ACERCA DE

No es fácil construir una casa, nosotras y nosotros tomamos la decisión de construir la nuestra. La nueva casa del Heraldo de México, en tiempos de divisiones y tempestades, impulsadas e impulsados por la inquietud y el deseo de aportar un trazo de tinta, a un mejor país y a un mejor entendimiento.

Esa idea sencilla y compleja nos ha dado la fuerza para modelar cada día este proyecto mediático, que nos ha unido y otorgado una identidad: el Heraldo de México, reflejo de la sociedad, la cual consideramos nuestra familia.

Llegamos con el ánimo de construir y de hacerlo como en una página sin letras, donde nada fuese blanco o negro y sí un esfuerzo genuino por presentar el extenso abanico de colores que es México.

No es fácil decir gracias. Sin embargo, hoy queremos agradecer a todas las personas que nos han ayudado con sus desvelos a sostener el ritmo endemoniado que implica publicar un diario.

Gracias a nuestro personal, cuyo trabajo ejemplar ha hecho del Heraldo una casa abierta, limpia y confiable; gracias a todas las personas que colaboran, por hacer de nuestras páginas un torrente plural, puntual, riguroso y divertido.

Y gracias principalmente a nuestra audiencia lectora, por hacernos saber todos los días que vale la pena construir con papel y tinta el país de leyes, libertades y derechos que todas las personas deseamos.