Claudia de Albuquerque Celada, una joven brasileña de 23 años, quedó paralizada después de consumir una sopa envasada que contenía botulismo. Claudia, que participaba en un programa de intercambio laboral en Aspen, Colorado, compró el alimento en una tienda de una conocida cadena nacional. Poco después de consumirla, comenzó a experimentar síntomas graves como mareos, visión doble y dificultades respiratorias, que culminaron en una parálisis total en menos de 24 horas.
Actualmente, se encuentra hospitalizada y requiere asistencia respiratoria, luego de esta terrorífica experiencia. Las autoridades sanitarias del condado de Pitkin han determinado que el botulismo, una toxina producida por la bacteria Clostridium botulinum que se encuentra en el suelo y en sedimentos marinos, fue la causa de la afección. Este patógeno es particularmente peligroso porque puede producir esporas que resisten condiciones adversas y se activan en ambientes carentes de oxígeno, como los encontrados en alimentos mal conservados.
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¿De dónde surgió la bacteria que paralizó a Claudia?
A pesar de que las pruebas de las muestras de sopa de la misma tienda dieron negativo para la presencia de botulismo, las autoridades creen que el manejo inadecuado del producto después de su compra fue probablemente el desencadenante. Específicamente, se sospecha que la sopa no se mantuvo refrigerada a la temperatura adecuada, no se recalentó suficientemente o se dejó fuera de refrigeración por un tiempo prolongado.
El botulismo alimentario es extremadamente raro en Estados Unidos, con sólo unos 25 casos reportados anualmente, pero sus consecuencias pueden ser devastadoras. Los síntomas iniciales incluyen dificultad para tragar y debilidad muscular, progresando rápidamente a problemas más graves como la parálisis.
¿Qué es el botulismo?
“El botulismo puede ocurrir como resultado de la contaminación de los alimentos o de una herida. También puede ocurrir cuando las esporas de una bacteria crecen en el intestino del bebé. En ocasiones poco frecuentes, el botulismo también puede ser el resultado de un tratamiento médico o del bioterrorismo”, explica la Clínica Mayo.
Hay varias formas para prevenir el botulismo alimentario. Es crucial seguir prácticas adecuadas de envasado y conservación de alimentos. Cocina los alimentos enlatados en casa a una temperatura de 121° C, por un tiempo que varía entre 20 y 100 minutos dependiendo del tipo de alimento o hervir estos productos durante 10 minutos antes de consumirlos. Evita consumir conservas si el envase está hinchado o el alimento huele mal. Las infusiones caseras de aceite con ajo o especias deben refrigerarse y desecharse después de cuatro días, y es esencial refrigerar cualquier alimento enlatado una vez abierto.