AGENDA LEVANTINA

Como es costumbre

Teherán sabe que cualquier acción de su gran aliada, la milicia chiita libanesa, Hezbolá, contra Israel podría tener implicaciones críticas

OPINIÓN

·
Marta Tawil / Agenda Levantina / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Diez meses de guerra han convertido a Gaza en una zona de destrucción inhabitable, con una población de 2 millones de desplazados, hambrientos y enfermos y con 40 mil muertos. El ataque al complejo escolar Tabeen en la ciudad de Gaza el sábado pasado provocó las previsibles condenas internacionales que se han convertido en uno de los síntomas de la guerra. Los muertos fueron niños, mujeres o adultos mayores. El miércoles, en Cisjordania ocupada, seis palestinos fueron asesinados por tiros israelíes.

Mientras no haya víctimas israelíes, lo que suceda en Gaza no tiene importancia para la mayoría de la población israelí. Mientras tanto, el jefe del Gobierno de Israel, favorece la estabilidad de su coalición de gobierno, que incluye ministros de extrema derecha que se oponen ferozmente a cualquier alto el fuego, en lugar de intentar facilitar la liberación de los rehenes en poder de Hamás. Netanyahu podrá cantar victoria, pero el asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, es simbólico –en su lugar se eligió a Yahya Sinwar, ascendido la semana pasada a líder político de Hamás–. Los asesinatos de Mohammed Deif de Hamás y Fuad Shukr de Hezbolá, como líderes militares, perturban a esos grupos, pero no los disuaden suficientemente.

La decisión de poner fin a la guerra tendrá que tomarse en el ámbito internacional. Lamentablemente, si bien el programa de Kamala Harris y Tim Waltz aún no ha sido revelado en materia de política exterior, ambos parecen alineados en cuanto a la posición que deben adoptar hacia Israel.

Harris no cuestiona el compromiso de Washington con Tel Aviv, mientras que Walz apoyó varias medidas proisraelíes durante su mandato en el Congreso de 2007 a 2009. Incluso Irán, parte del llamado “eje de resistencia” (a Israel), se ha inclinado hacia la mesura, debido a complejas consideraciones estratégicas internas, en particular su objetivo de evitar una guerra más amplia que podría posicionarla como una amenaza estratégica ante las naciones árabes como Arabia Saudita, Egipto y los Emiratos, que han buscado persuadir a Irán de que no arrastre a la región a la guerra.

Los vínculos de Irán con ellos han sido en los últimos tiempos un elemento clave de su estrategia para mejorar las relaciones exteriores. Además, Teherán sabe que cualquier acción de su gran aliada, la milicia chiita libanesa, Hezbolá, contra Israel podría tener implicaciones críticas para la posición de Irán en Líbano.

En este contexto, cada ataque israelí a civiles palestinos sigue un patrón: Egipto, Jordania, Qatar, Turquía, la Unión Europea, Estados Unidos y tantos otros países emiten declaraciones elocuentes expresando horror por las víctimas, piden medidas al respecto y exigen el fin de la guerra. Y todo el mundo sigue adelante.

POR MARTA TAWIL

INVESTIGADORA DEL COLMEX

EEZ