OPINIÓN

Buscando contestar a la pregunta ¿quién soy?

Vamos a hablar de aquello que nos ayude a contestar ¿Quién soy? ¿Dónde está el error? ¿Qué estoy haciendo mal? Hacernos estas preguntas y poder contestar de manera automática, posiblemente podría ahorrarnos muchos sinsabores

OPINIÓN

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Créditos: El Heraldo de México

Hola hola, deseo estés teniendo un gran día, recuerda integrar los temas abordados las semanas pasadas, hoy vamos a hablar de aquello que nos ayude a contestar ¿Quién soy? ¿Dónde está el error? ¿Qué estoy haciendo mal? Hacernos estas preguntas y poder contestar de manera automática, posiblemente podría ahorrarnos muchos sinsabores, a algunos de nosotros solo se nos ocurre planteárnoslas cuando los resultados no están saliendo como lo planeamos o imaginamos, cuando fallar está siendo una constante en nuestra vida, cuándo el cansancio por la repetición del error nos está haciendo sentir en crisis y vulnerables.

¿Por qué son grandes preguntas? Porque muestran el deseo de hacernos cargo de las consecuencias de nuestras decisiones, para ello requerimos aceptar la incomodidad e incertidumbre por los resultados y las emociones que esto nos activa, como ira, miedo, tristeza, alegría, culpa. vergüenza, orgullo, venganza, ansiedad, dolor, frustración o estrés. (Tema que abordamos más adelante).

Hoy nos concentraremos en la búsqueda de las respuestas que nos ayuden a contestar ¿Quién soy?

Como vimos con anterioridad, crisis significa cambio- salir de nuestra zona de confort- etapa de incertidumbre, vulnerabilidad, que a veces por apegarnos a creencias, emociones, vínculos, intereses, preferimos ignorar, paradójicamente al estar experimentándonos en estado de crisis real o imaginaria, nuestro sistema de alerta "Ansiedad" se mantiene encendido si esto es contante entonces podemos vivirnos desconectados de nosotros mismos, los demás y las cosas del mundo, afectando la capacidad de concentración, atención, memoria, aprendizaje, disfrute, creatividad y búsqueda de la solución de problemas, ¡pero recuerda, una crisis también es una oportunidad de crecimiento! Es por ello que no me cansaré de repetir: la fecundación fue una crisis y el nacimiento también!

Ahora bien, para ir hilando tu ¿Quién soy?, considera que la personalidad está configurada por temperamento, carácter, actitudes, aptitudes y que cada uno de nosotros tenemos el poder consiente o no de transformarla a través de la repetición de conductas, pues cada vez que realizamos una de ellas el organismo segrega neurotransmisores que impactan directamente nuestro ADN.

Es por lo anterior que repito constantemente y no me cansaré de repetir que todo tiene una función y una disfunción.

Aristóteles decía que de tanto repetir acciones, viciosas o virtuosas, desarrollamos nuestros hábitos; estos configuran las conductas automáticas que realizamos para resolver las necesidades, deseos, planes y objetivos de vida.

Es con ellas con lo que definimos nuestra personalidad, Lo cual es “Patrón de conducta” con el que nos reconocemos y nos reconocen las personas con quien nos relacionamos.

La función del temperamento es registrar los cambios genéticos, o sea, los cambios evolutivos de la raza a la que pertenecemos: “La humanidad”.

Por su parte, la función del carácter es permitirnos afrontar-expresar las necesidades, situaciones y demandas, se forja día a día en nuestro viaje a través de las relaciones que establecemos y mantenemos en los contextos en donde nacemos y nos desarrollamos, estos son: (El contexto familiar, el social y laboral). Lo mostramos en nuestra manera de comunicarnos (Tema que abordaremos más adelante).

La función de la actitud, es realizar una evaluación positiva o negativa de los sucesos, mantiene relación con la manera de procesar, interpretar, experimentar la información-vivencias como lo vimos cuando hablamos de nuestro cerebro. Lo podemos notar en lo que atendemos-Nuestro foco-La motivación-Impulso. (Lo abordaremos más adelante)

Ten presente que hay dos tipos de experiencias que registramos en nuestro cerebro:

1.- Las experiencias placenteras, nos influyen positivamente pues generan sensación de satisfacción.

2.- Las experiencias displacenteras, mismas que registramos como negativas, fallidas-error-falta por lo que generan la sensación de insatisfacción.

Sin embargo, no es tan sencillo como parece pues a veces, en un intento por lograr la satisfacción exprés nos autoengañamos “Atendemos y realizamos conductas que generan satisfacción a corto plazo o nos engolosinamos con otras que dan satisfacción, pero curiosamente, insatisfacción a largo plazo”. (comida, compras, postergar la realización de tareas, dejar conversaciones incomodas para después, uso de sustancias, relaciones insatisfactorias, trabajo, etc.).

El último componente de la personalidad: Son las aptitudes; estas integran o desintegran la totalidad de lo que es una persona, pues el Ser es interno (Soy lo que pienso y siento, tiene que ver con mi visión del mundo) Lo manifestamos en lo que hacemos y decimos. Si nuestras palabras y acciones generan el resultado esperado, son atinadas-congruentes y entonces nos percibimos internamente aptos; si además lo que decimos y hacemos se percibe como positivo, terminamos sintiéndonos y pensándonos como aprobados. Por otro lado, si lo que decimos y hacemos resulta desatinado, vamos a percibirnos como desaprobados-ineptos- rechazados-reprobados. (Aquí es momento de tener cuidado porque a veces nuestra visión del mundo choca-contradice la visión de nuestro entorno generando conflictos que tienen que ver con nuestros apegos y por supuesto con los de las personas, cosas o instituciones con las que nos relacionamos)

Así pues, podemos imaginar cómo lo anterior impacta en la motivación o desmotivación del impulso que nos mueve a hacer o decir las cosas. “Ansiedad”.

Cuando nos percibimos positivos, atinados, aprobados, tenemos mayor probabilidad de experimentar placer y satisfacción, por lo que aumenta la motivación y los deseos de vivir, fortaleciendo nuestra autoestima confianza- seguridad de hacer y decir las cosas. Mientras que el no lograr “Estar fallando” genera dolor, frustración y displacer, que sin un soporte-propósito-valor, podrían desembocar en sufrimiento, apatía, cansancio, desmotivación, baja autoestima, entre muchos otros estados problemáticos.

Aristóteles decía que las personas somos cuerpo, mente y espíritu: con el cuerpo hacemos y decimos, con la mente pensamos y con el espíritu sentimos. Propuso que contamos con medios para alcanzar nuestros fines y que esos medios son los actos que realizamos. Si elegimos actos virtuosos, terminamos percibiéndonos y siendo evaluados como buenos. Si elegimos actos viciosos, terminamos percibiéndonos y siendo evaluados como malos, ya que de tanto repetir unos u otros vamos formando nuestros hábitos. En la cotidianidad lo identificamos como nuestro SER e irónicamente al evaluarnos de esta manera estamos dañando nuestra valía como personas.

Es importante dejar de valorarse como bueno-perfecto o malo-fallido; una alternativa diferente seria pensar y observar si lo que hacemos y decimos están siendo actos funcionales o no funcionales. Posibilitando así mostrar mayor empatía y compromiso hacia nosotros mismos a la hora de planear nuevas acciones.

Por su parte, William James, teorizó que las personas solo usamos el 10% de nuestras capacidades; esto lo podemos relacionar con la necesidad innata de mantenernos en el placer y evitar el displacer. Es por ello que automatizamos las conductas.

Mira la función de la automatización es permitirnos la supervivencia con el menor uso de energía posible, esto nos permite enfocar la energía restante “90” a nuevos aprendizajes. Albert Einstein decía que la persona debía continuar haciendo lo que funcionara, pero en el caso contrario, es preciso hacer algo distinto. Estarás de acuerdo conmigo cuando digo que si lo que estamos haciendo nos lleva a lograr lo que queremos no nos detenemos a cuestionar si fue correcto o no y seguramente muchos estarán de acuerdo conmigo también cuando digo que aunque eso que hacemos no nos funciona muchas veces lo seguimos repitiendo hasta cansarnos, es ahí en el cansancio en donde surge la crisis “Oportunidad de cambio”, por supuesto genera miedo-incertidumbre, pues aquel dicho que dice “Más vale malo por conocido que bueno por conocer” aplica a la perfección.

De lo anterior se deriva la necesidad de hacer una revisión de hábitos funcionales y disfuncionales. Con la finalidad de que puedas identificar la manera en la que tus hábitos obstaculizan o favorecen tus propósitos. Trascender el límite del dolor tiene que ver con aceptar que las cosas, las personas y las situaciones, también nosotros mismos, no Son-hacen lo que esperamos; esta aceptación nos libera de las expectativas que nos impiden disfrutar la vida. Es necesario aceptar lo real y disfrutar lo que se tiene para trascender nuestras limitaciones y dar sentido a lo que hacemos-Somos. De esta manera, expandimos nuestra zona de confort para crecer y evolucionar; asumimos la libertad con autocontrol, logrando así comprender que la ansiedad, la incertidumbre, la culpa, el miedo, etc. son inherentes a la vida y tienen una función y que es el rechazo lo que la transforma en enemiga-disfuncional.

Si lo pensamos un poco, podremos darnos cuenta de que lo anterior genera en nosotros la tendencia a ocultar ciertas conductas y mostrar otras que no coinciden- contradicen nuestro modo de sentir, pensar, hacer y decir las cosas. Muchas veces decidimos por miedo a perder o por deseo de ganar, conservando en ello la protección y relación que nos provea la sensación de satisfacción y placer; buscamos que la vida sea lo más confortable posible, lo cual, paradójicamente, puede desencadenar mayor sufrimiento y dolor. (Pues quedarnos solo en la sensación, muchas veces es autoengaño- es necesario dar el siguiente paso hacia las emociones y los pensamientos) Para que nuestras elecciones logren pasar los filtros del discernimiento que nos permite observar y meditar los pros y contras de nuestras decisiones, en relación uno mismo, los demás y el mundo.

Ahora vamos a dar el paso siguiente: ¿Recuerdas alguna situación difícil en donde elegiste una conducta que te dejó la sensación de haber actuado incorrectamente y que sin embargo sigues repitiendo en momentos de estrés? ¿Identifica que conducta es? ¿Qué hiciste o no pudiste hacer? ¿Qué dijiste o no pudiste decir?

¿Dónde estabas? ¿Quién estaba contigo? ¿Identifica la situación? ¿Qué emoción sentiste? ¿Identifica una parte de tu cuerpo y como te afecta físicamente? ¿Ganas o pierdes realizando esta conducta? Ahora toma un tiempo suelta este recuerdo, toca tu corazón, inhala y exhala hasta que logres recuperar tu respiración normal, muévete un poco. (Si lograste conectar sin incomodidad, felicidades, pero si la hubo, te invito a aceptarla como una examiga que te visita para solucionar un conflicto en común, será incomodo, pero habrá merecido el esfuerzo cuando hayan hecho las paces y puedan continuar la amistad). Observa el grafico siguiente:

Lo que quiero decirte con el gráfico siguiente es que expandas tu zona de confort a través del análisis de tus hábitos. Mucho se ha dicho de la tendencia a postergar el cambio y lo fácil que resulta salirse del camino al poco tiempo de iniciado el proceso.

Ya que hayas realizado esa identificación, es hora de ir más adelante, es momento de arriesgarte y esto solo lo puedes hacer planteándote metas con propósito.

Para que logres alcanzar dichos propósitos, debes recordar que los hábitos se establecen a través de conexiones neuronales automatizadas por la repetición. Hay que aceptar que, para cambiar y agregar conocimientos y habilidades nuevas, vamos a experimentar un proceso de desintoxicación.

A veces puede ser tan desagradable que nuestro cerebro intenta convencernos de que el camino viejo es mejor, más fácil, lo cual nos pone en peligro de rendirnos.

Romero. L María Isabel (2023) Guía de encuentro desde tus raíces. Reconstruye tu historia, la fuente esta en ti. Ed. Sociedad Lunar. México

 

Romero. L María Isabel (2023) Guía de encuentro desde tus raíces. Reconstruye tu historia, la fuente esta en ti. Ed. Sociedad Lunar. México

Lo anterior aplica tanto para los hábitos funcionales que queremos fortalecer y ampliar como para los no funcionales que deseamos cambiar.

Veamos un ejemplo de una manera sistematizada sobre cómo se entrelaza lo que pensamos, sentimos con la conducta que realizamos y que además se refuerzan en los vínculos relacionales, defensas y resistencias que queremos conservar.

Ejemplo: Una persona está estudiando porque va a presentar un examen y quiere aprobar, dedica tiempo para revisar apuntes, busca información complementaria para comprender el tema, llega el punto en el que no lo logra, (se activa su sistema de alarma-ansiedad que le recuerda-las veces en las que ha fallado y como su padre se enojaba, mostrándolo con alejamiento y palabras que lo lastimaban, aunque ahora tiene 23 años, aún depende económica y emocionalmente de su padre y además no ha hablado con este sobre aquel dolor vivido en su relación) ahora al no comprender el tema siente frustración, de manera reactiva responde enojándose consigo mismo, mentalmente comienza a decirse a sí mismo palabras críticas , como las que le decía su padre cuando no lograba comprender algún tema, en la infancia (no sabes, eres tonto o que, nunca comprendes, ya mejor déjalo, eres un bruto, si fueras listo no necesitarías andar preguntando) acto seguido, bota los libros y cuadernos y ya no vuelve a retomar el estudio, compensando dicha frustración al distraerse en video juegos, el día del examen, no obtiene el resultado que necesita. Con lo que refuerza la creencia de no servir para el estudio, aumenta su enojo y frustración, lo que satisface de nuevo al distraerse con video juegos.

Romero. L María Isabel (2023) Guía de encuentro desde tus raíces. Reconstruye tu historia, la fuente esta en ti. Ed. Sociedad Lunar. México

Lo que hay que hacer para lograr desestructurar este hábito de conducta, que como podemos observar entrelaza las acciones de sentir, pensar, hacer y decir, es analizar la manera sistematizada o procesal en la que se activa la neurona de dicho comportamiento, para lograr hacer algo nuevo que nos conduzca a resultados diferentes, en este caso al no comprender siente ansiedad, activando así su sistema de alerta “Sobrevivencia y conservación”, con lo que de manera reactiva el cerebro automáticamente lanza la neurona que contiene el registro de frustración y enojo que experimentaba cuando su padre lo ofendía con palabras críticas al no comprender algún tema, pero en lugar de contactar con dicha frustración-enojo hacia su padre, (Para sanarla desde la comprensión-aceptación de la historia) aprendió a utilizar la defensa llamada formación reactiva, con lo que paradójicamente, repite hacía sí mismo, el patrón de comportamiento aprendido, toca pues hacer algo diferente y al sentir ansiedad-frustración-enojo por no comprender, hay que aceptar dicha incomodidad, reconciliarse con esa historia además de tomar distancia, respirar y hacer una lluvia de ideas de las alternativas que podría utilizar para resolver el problema, veámoslo en el siguiente gráfico.

Romero. L María Isabel (2023) Guía de encuentro desde tus raíces. Reconstruye tu historia, la fuente esta en ti. Ed. Sociedad Lunar. México

Te invito a analizar tus acciones utilizando el diagrama anterior para que comprendas paso a paso como se formaron tus hábitos y como estos están impactando tu Ser y estar en el mundo.

Si has manejado una bicicleta o un automóvil, te será fácil recordar el proceso que tuviste que realizar para lograrlo. Piensa en las dificultades y la energía que invertiste, y reflexiona lo fácil que esa tarea te resulta ahora. ¡Seguramente fue agradable recordar esta experiencia verdad! Logrando conectar con la satisfacción y placer de alcanzar las metas, posiblemente ayude a atreverse a conectar con los fallos para identificar el error y fortalecer así el camino del cambio, te propongo hacer y tener en tu foco de atención una lista de tus logros que te ayuden a mantener viva la chispa de la esperanza, fuente innata de la vida y la perseverancia.

El impulso-MOTIVO natural al elegir nuestras acciones es conservar y proteger las relaciones-VINCULOS con nosotros mismos, los demás y las cosas que nos proveen la sensación de satisfacción, aunque paradójicamente al hacerlo a veces no estamos siendo fieles a nosotros mismos, estas y otras preguntas las iremos contestando paso a paso, acompáñame.

Maestra Psicología Clínica Integrativa María Isabel Romero López.