Las pasadas elecciones llevadas a cabo del 6 al 9 de junio para elegir a los nuevos miembros del parlamento europeo han generado sorpresas que eventualmente podrían cambiar la estructura político-económica que por mas de 50 años ha regido primero a aquellos seis países fundadores de la Comunidad Económica Europea y en los últimos 30 a la Unión Europea, que hoy aglutina en su seno a 27 naciones. Los resultados de dicha elección muestran el fortalecimiento de las formaciones de derecha y ultraderecha, en tanto los partidos de la izquierda han ido perdiendo terreno.
La principal misión del Parlamento Europeo consiste en desarrollar las leyes comunitarias y aprobar y supervisar los presupuestos, así como, elegir al presidente de la Comisión Europea. La elección europea se celebra cada cinco años En la reciente elección los 360 millones de votantes europeos eligieron 720 eurodiputados mediante votaciones que
siguen la normativa de cada país.
Los resultados obtenidos favorecieron a los partidos de corte conservador y de ultraderechas aumentando su participación del 65% del total de los escaños que alcanzo en la elección de 2019 a un 69%; en tanto los partidos del ala izquierda redujeron su porcentaje de un 35 a un 31%. Así, la representación del ala derecha creció en 6%, en tanto la del ala izquierda redujo su posición en un 10%.
De esta manera las denominadas fuerzas conservadoras ratificaron su mayoría en el parlamento teniendo en estos resultados un papel relevante los Partidos Popular Europeo, comandado por la alemana Ursula von der Leyen (quién, por cierto, ya ha sido reelegida nuevamente como presidenta de la UE) que logró acumular 189 escaños, lo que ratifica su condición de partido mayoritario; la facción Renovar Europa con 83 diputados, presidida por la francesa Valerie Hayer cuya ideología se basa en lograr asentar el sistema federalista europeo y el liberalismo; Reformistas Europeos liderado por la primera
ministra italiana Giorgia Meloni cuya ideología es liberal, euroescéptica, anti federalista y xenofóbico que sumó 72, y, por ultimo, Identidad y Democracia presidido Marine Le Pen con 58 escaños, partido nacionalista de extrema derecha, promotor de políticas
neoliberales en favor de una menor intervención del estado en la economía, euroescéptico y altamente xenofóbico. Cuatro mujeres a cargo de los liderazgos de los principales partidos de derecha ganadores en la pasada elección.
A nivel de países los resultados obtenidos son sorpresivos. En cinco de los seis estados fundadores de la Unión Europea-Francia, Italia, Países Bajos, Bélgica y Alemania-, las facciones de ultraderecha registraron contundentes avances. En el caso de Francia el triunfo del partido de Agrupación Nacional liderado por Le Pen obtuvo alrededor del 40 % de la votación, hecho histórico, lo que ha significado una derrota para el gobierno de Emmanuel Macron quién inmediatamente después de reconocer los resultados decidió la disolución de la Asamblea Nacional y convocar a elecciones legislativas anticipadas que se
llevaran a cabo el día de hoy y el 7 de julio.
En Alemania el partido ultraderechista Alternativa para Alemania- AfD-, también obtuvo una resonante victoria, obteniendo un 5% mas de votos que en la pasada elección, sobre todo en estados federados del este alemán, convirtiéndose en la segunda fuerza mas votada, aunque aun lejana al partido cristianodemócrata-CDU-, que ostenta la mayoría con un lo 30% de la votación. En España, por su parte, el partido ultraderechista Vox dobló el número de escaños que obtuvo en los anteriores comicios europeos logrando, con ello, representar la tercera fuerza política de ese país. También se han registrado considerables crecimientos de los partidos de derecha en Croacia, Grecia, Portugal, Bélgica, Austria, Bulgaria, Malta, países Bajos y Rumania.
Los resultados de las pasadas elecciones del Parlamento Europeo presagian cambios sustantivos en la geopolítica mundial. Sin duda, la Unión Europea con sus 27 integrantes representa una fuerza política de primera importancia en la estabilización de los equilibrios internacionales, que a futuro, con el mayor avance de la ultraderecha podría estar en riesgo, ya que la mayor parte de estos partidos se declaran como xenófobos, euroescépticos y anti federalistas, lo que eventualmente podría resultar en la desintegración de la Unión y, con ello, la desaparición de un pilar fundamental para la estabilidad política mundial.
Agustín Garcia Villa Rio