MALOS MODOS

La Ciudad de México está salvada

Al Doctor Patán se le ha quitado un peso de encima, y uno grande. A pesar de que mi corazón

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Al Doctor Patán se le ha quitado un peso de encima, y uno grande. A pesar de que mi corazón y mi compromiso revolucionario están con todas las mexicanas y todos los mexicanos, particularmente con los pobres, no puedo negar la cruz de mi parroquia, que es la tierra chilanga, y, para hablar con franqueza, había notado que, entre tanta euforia y efervescencia transformadora a escala federal, la siempre fiel Ciudad de México, mi patria chica, mi Tepetitán del Altiplano, no andaba muy atendida.

Así que su doctor andaba con cierta angustia anidada en el pecho, por su conocido pésimo manejo de la incertidumbre pero también, concédanme esta, porque no había demasiada claridad en un asunto tan relevante. ¿Que mi Clarita es una garantía de eficiencia y compromiso con los desposeídos? Sin duda. Hasta ahí, todo tranquilo.

Pero ni siquiera una figura colosal de la lucha por la justicia como mi exalcaldesa puede sola con el titán respondón que es la Ciudad de México. Faltaba ver con quién gobernará a la gran Tenochtitlán, corazón del México transformado. Y entonces vinieron las buenas noticias, de donde menos se esperaban.

Las buenas noticias llegaron de la prensa conservadora, y de su primerísimo exponente. De Carlos Loret, nada menos. Dice Loret que la Compañera Claudia, Casi Presidenta Electa (CCCPE) le encargó a Clarita que se ocupara del Clan, como llaman los neoliberales a lo hijos del Quinto Presidente

Más Popular del Mundo (QPMPDM). Es decir, de los bodocones, como les llamamos con cariño en el movimiento. Bueno, ya la hicimos. Si algo necesita una revolucionaria como mi Clara, ese modelo de compromiso militante, es un destacamento de jóvenes emprendedores como mi Andy, mi Bobby y mi Joserra, equilibrio perfecto –en términos de coctelería, un Negroni o un Manhattan– entre el ímpetu empresarial y la conciencia social.

En la tierra chilanga, el Segundo Piso tiene garantizada no solo la posteridad, sino una posteridad próspera y redistributiva. Porque, sobra decirlo, mis bodocones no llegan solos: traen con ellos a lo más digno del nuevo México emprendedor. Quién sabe qué prodigios veremos. ¿Obras inauguradas con trajes de charrería? ¿Chocolates Rocío en todos las cenas oficiales? (No sé si esto ya aplica; mis disculpas en ese caso). El cielo es el límite.

Podríamos incluso ver una extensión del Tren Maya a las regiones centrales del país. Idea matona: puente aéreo de Mexicana, Quintana Roo-Felipe Ángeles, y ¡bum!: al tren, ahí mero, en el aeropuerto, para lanzarte a conocer las tierras centrales a 14 kilómetros por hora. Igualito que el original, con sus paninis y sus boings, nada más que sin la monserga de los cenotes o los jaguares y debidamente rebautizado, sobra decir. “Tren tlaxcalteca” o “Tren azteca”, según la ruta.

Sí. La Ciudad de México está salvada.

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

MAAZ