CONTRA LAS CUERDAS

El boicot contra la salinera más grande del mundo

ESSA, nacionalizada en este gobierno, está teniendo problemas de producción y colocación de la sal en el extranjero

OPINIÓN

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Alejandro Sánchez / Contra las Cuerdas / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Uno de los principales retos que le esperan a Marcelo Ebrard al frente de la Secretaría de Economía en el próximo gobierno es consolidar el plan de López Obrador de hacer autosuficiente Exportadora de Sal (Essa), la principal productora de ese mineral en el mundo, que no pudieron hacer  Graciela Márquez, ni Tatiana Clouthier, ni Raquel Buenrostro, las tres últimas titulares de la dependencia.

En febrero, Essa pasó a manos del Estado mexicano al comprarle a Mitsubishi el 49 por ciento de las acciones en mil 500 millones de pesos, pero la japonesa dejó sembrada una trampa mortal al gobierno federal porque al ser los nipones quienes controlaban la distribución, la comercialización y venta como líderes mundiales, la administración en turno está teniendo problemas ahora para colocar el producto empleado en la industria farmacéutica, textil, química, construcción, petroquímica y para alimentación trasnacional.

Fox quiso estatizarla, pero estuvo imposibilitado porque Mitsubishi ya había tejido su plan de negocios al encargarse de exportar toda la sal mediante una doble contabilidad que llevó a Essa a presentar números rojos en múltiples ocasiones desde el 2006, este plan considerado como un saqueo nacional se tejió desde 1996 pero se consolidó en el 2008, pues se vendía a precios más bajos de lo que terminaba en el mercado por intermediarios o al vender el producto como si fuera desperdicio.

Según la ASF, de manera excepcional en 2013 y 2014 mejoraron los números al alcanzar ventas por un promedio de 160 mil millones de dólares anual, pero a partir del 2015 volvió a la baja la supuesta producción cayendo las ventas a 80 mil millones en 2020, condición que la acercaba a una extinción para que se pusiera a la venta en su totalidad a particulares y donde estaba la estrategia japonesa.

Desde 2014 con Peña Nieto alerté de la crisis y fui hostigado por el gobierno priista para mantener la historia en secreto, pues no es que la venta de sal no fuese un negocio, sino que el manejo de los grupos económicos buscaba tomar por asalto el control de las bondades de la riqueza natural en Guerrero Negro, Baja California. Del mismo modo se dio seguimiento en la compra de las acciones a Mitsubishi.

Podemos decir que el excanciller va a heredar al enemigo en casa porque son los propios contactos japoneses los que se han encargado de difamar a Essa en el mundo en los últimos cuatro meses.

No solo eso, las mismas fuentes consultadas desde hace años por este reportero que conocen las entrañas de la empresa, revelan que el equipo del jurídico encargado de los contratos y  del equipo de  operaciones de Essa están aún protegiendo; junto con los nipones, los intereses del ex socio, llevando a la empresa a un estado todavía más crítico porque su idea era que Mitsubishi se hiciera dueño pero les falló.

Para este 2024, Essa había planeado producir y vender 7 millones de toneladas, un número modesto y similar a la producción de 2011, pero ni a eso ha llegado por el boicot externo y las traiciones internas.

El desafío no solo es ser dueño de la empresa sino arreglar los problemas y uno de los más grandes, como lo dijo Andrés Manuel, al comprar Essa a los japoneses, es acabar con la corrupción desde adentro, aunque le dirán a Ebrard que no se puede arreglar el problema para reconsiderar de nuevo a Mitsubishi, le dirán que solo ellos y los nipones, es decir los de siempre, saben qué hacer con la empresa y esa es la mentira porque es evidente que en 20 años solo la han llevado a una quiebra técnica.

Le dirán que la salmuera residual no sirve y que hay que pagar para  tirarla; pero no le dirán que  instancias judiciales declararon con expedientes PRA 086/2016 de la SFP y  AD 676/2018 del 20o TCC de la CDMX que en el 2013 el consejo de Essa autorizó el precio de esa sustancia para ser vendida en mil 800 millones de dólares. Le dirán que hay que gastar cientos de millones de pesos en comprar equipos obsoletos en lugar de modernizar.

Veremos si Ebrard escucha a los que aseguraban que Meade y que Xochitl ganarían o terminará de arreglar una empresa que debiera dejar millones de dólares en ganancias al gobierno mexicano.

POR ALEJANDRO SÁNCHEZ

COLABORADOR

CONTRALASCUERDASMX@GMAIL.COM     

@ALEXSANCHEZMX

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