Naces, juegas a la casita, la comidita y los muñecos bebés. Creces, la sociedad te presiona para tener una casa donde prepares la comida y atiendas a tus bebés. Cuando busques trabajo, te preguntarán sobre tus planes de embarazo y si ya maternas, seguramente enfrentarás algunas cejas alzadas del equipo de reclutamiento y bastantes prejuicios en tus empleadores.
La distribución inequitativa de las tareas de cuidado es un tema amargo para la mesa de este 10 de mayo, tan rodeada de flores y romantización de una etapa profundamente compleja en la vida de las mujeres, sea elegida o resultado de falta de educación sexual y/o exceso de exigencia familiar para reproducirse.
Perdón, Denisse de Kalafe, pero tenemos que hablar de esto porque muy pocas de esas señoras son rosas frescas de abril y la mayoría están cansadas —muy cansadas— de pelear con uñas y dientes o ser valientes en casa y cualquier lugar. Las madres no son luchadoras incansables; son humanas.
La semana pasada participé como ponente en un foro convocado en el Senado de la República por Aidée Zamorano, fundadora de Mamá Godín y sobreviviente de violencia laboral, y la senadora Patricia Mercado. Junto con la titular de COPRED, Geraldina González, representantes de UNICEF, la Organización Internacional del Trabajo e Inmujeres reflexionamos sobre los obstáculos que impiden la inclusión de las madres al mercado laboral.
En el Consejo Ciudadano de la CDMX, que ofrece guía jurídica y apoyo psicológico gratuito a nivel nacional a través de llamada o WhatsApp en el 55 5533 5533, hemos detectado un patrón en las llamadas de auxilio que recibimos de mamás que trabajan fuera del hogar. ¿Será buen momento para recordar que sí, todas las mamás que “se quedan en casa” también trabajan?
En el análisis cualititaivo de los reportes a la Línea de Seguridad y Chat de Confianza encontramos recurrentemente la presencia de adjetivos como hormonal, conflictiva, intensa, mal humorada. Las madres los refieren como parte de un mecanismo para aislarlas de la dinámica en su oficina con el pretexto de que no tienen suficiente tiempo o disposición para resolver los pendientes por estar distraídas con sus hijas e hijos.
El Ranking Mamá Godín ofrece un dato alarmante: solo una de cada 14 plazas en México está ocupada por una mamá. No son ellas, somos todas y todos; es el sistema que, tan cerca de la Agenda 2030 de la ONU, se niega a asumir un compromiso determinante frente a la injusta carga de tareas de cuidado en las madres. Tengamos. Avancemos.
POR MARÍA ELENA ESPARZA GUEVARA
@MAELENAESPARZA
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