COLUMNA INVITADA

Integridad electoral

Frecuentemente me preguntan si estamos ante una elección de Estado. Esa duda es un mal síntoma

OPINIÓN

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Arturo Sánchez Gutiérrez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Frecuentemente me preguntan si estamos ante una elección de Estado. Esa duda es un mal síntoma del ambiente electoral que se percibe a 30 días de la jornada electoral. Por ahora podemos hablar de un déficit en la calidad de este proceso electoral y del retorno de viejas prácticas que afectan la integridad de la elección. Lo obvio es la constante violación a la Constitución y la Ley por parte del Presidente, al opinar y hacer campaña desde su mañanera.

A ello se suma el ataque reiterado a los integrantes de las autoridades electorales, en diversos medios, especialmente contra consejeras del Instituto Electoral de la Ciudad de México y la Presidenta del Instituto Electoral de Guanajuato. Se trata de un ambiente de tensión que corre paralelo a los intentos del INE de avanzar con certeza en la organización de la elección. 

Preocupa mucho que, al terminar el periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión, el Senado le haya quedado a deber tanto al país, a la democracia y a la institucionalidad de México. La mayoría morenista obstaculizó deliberadamente el cumplimiento de sus obligaciones de ley, al omitir el nombramiento de tres comisionados del INAI, dos magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral, seis magistrados de las salas regionales del propio Tribunal, casi 50 magistrados de los tribunales electorales locales, 10 integrantes del Consejo Consultivo de la CNDH y muchos puestos más.

Dichas omisiones rompen en todos los casos la integridad necesaria para que los órganos colegiados tomen decisiones institucionales. En particular, el Tribunal Electoral incompleto implica un riesgo importante para la elección, por la cantidad de casos que tendrá que atender a partir de la jornada electoral, con dos ponencias ausentes.

Recuérdese que la Sala Superior del Tribunal Electoral requiere al menos de seis magistrados para calificar la elección presidencial, por lo que, conforme a derecho, deberá llamar a las magistraturas más antiguas o de mayor edad entre sus salas regionales.

Las preguntas entonces son: ¿llamará a dos personas para completar los siete integrantes de la Sala Superior o sólo una, para quedar en seis? De ser sólo una, en caso de empate la calificación de la elección presidencial recaería en el voto de calidad de la Presidenta. No parece ser la mejor práctica democrática para la integridad de la elección.

La segunda pregunta es: ¿Cuándo llamarán a las dos magistraturas faltantes? Dado que deberán tomar la decisión más importante del proceso, convendría que desde ya hicieran la integración, pero eso depende del acuerdo a que lleguen los cinco integrantes actuales de la Sala Superior. 

México había conquistado altos niveles en la integridad electoral. El ambiente y los pendientes actuales deben resolverse porque a nadie le conviene que predomine la percepción de que estamos ante una elección de Estado.

POR ARTURO SÁNCHEZ GUTIÉRREZ

Profesor Investigador, Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno Tecnológico de Monterrey

@ArturoSanchezG

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