COLUMNA INVITADA

¿Sabemos quién es Claudia?

A mi juicio no se trató de una pifia, sino de lo que ella verdaderamente piensa, y por ende en como actuará como presidenta

OPINIÓN

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Pedro Ángel Palou / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Pocos perfiles políticos más impenetrables que el de Claudia Sheinbaum. La hemos escuchado como jefa de gobierno en exceso zalamera con el presidente Andrés Manuel; hemos visto, sin embargo, que varias de sus políticas centrales en la ciudad no se ajustan a los caprichos de su jefe.

En los hechos es más de izquierda, más coherente. En las palabras hasta hace poco evitaba todo distanciamiento. Sin embargo, llegó el lapsus. O así lo quiso justificar. Dijo, palabras, más o menos, que ella sí luchaba por ganar la presidencia para buscar la justicia social, no por fines personas como AMLO. En la noche, claro, dijo que no quería que se le malinterpretara y que el presidente, por supuesto era un luchador social.

A mi juicio no se trató de una pifia, sino de lo que ella verdaderamente piensa, y por ende en como actuará como presidenta. Su gobierno no será parecido al de su predecesor, sino el de una científica judío-mexicana de izquierda que, tengo esa esperanza, sí irá más allá del discurso.

Sin embargo, la división de poderes y la fortaleza institucional que han sido menoscabadas estos casi seis años requieren ser fortalecidas. Necesitamos una presidenta respetuosa del legislativo y sobre todo del poder judicial si se quiere combatir la corrupción, la impunidad y la inseguridad. Esa es la santísima trinidad del próximo sexenio. No hay vuelta atrás. 

Unas líneas, entonces, del perfil de la candidata de Juntos Haremos Historia son centrales para mi argumento. Sheinbaum Pardo nació el 24 de junio de 1962 en la Ciudad de México. Es ingeniera energética por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde también realizó estudios de posgrado en Ingeniería Energética y Ciencias Ambientales.

Posteriormente, obtuvo un doctorado en Ingeniería Energética por la Universidad de California, en Berkeley, Estados Unidos. El Conacyt, la universidad pública y la secretaría de cultura deberían estar en sus ejes rectores, rescatar el sector científico, de transferencia tecnológica y el sector cultural.

No se nos olvide que antes de dedicarse a la política, Sheinbaum se destacó como investigadora y académica. Trabajó en el Instituto de Ingeniería de la UNAM, donde realizó investigaciones en temas relacionados con energías renovables, medio ambiente y desarrollo sustentable.

Su trabajo en este campo la llevó a ser reconocida como una experta en políticas ambientales. Fue líder estudiantil, siempre consecuente con su ideología.

Comodelegada en Tlalpan, una de las alcaldías más grandes de la Ciudad de México, implementó programas de movilidad sustentable y de mejora del espacio público, lo que le valió el reconocimiento de la ciudadanía y de diversos sectores políticos. En 2018, Sheinbaum fue postulada como candidata de la coalición "Juntos Haremos Historia" a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, elección que ganó con una amplia mayoría.

Allí, como dijimos, implementó diversas políticas públicas orientadas al bienestar social y al desarrollo sustentable y la promoción de energías limpias. Su gestión como Jefa de Gobierno ha sido objeto de críticas y elogios. Si bien ha sido reconocida por su compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas, así como por su enfoque en políticas públicas inclusivas, también ha sido cuestionada por la falta de avances en temas como la seguridad pública y la atención a la crisis ambiental en la ciudad. Ello con independencia del manejo del sismo o la línea 12 del metro. 

Pero Claudia Sheinbaum es una figura política con una sólida formación académica amplia experiencia. No es una improvisada. Tendrá que desmarcarse. Más que un segundo piso del 4T los mexicanos esperamos una estadista de izquierda, anhelamos a alguien que como Gabriel Boric en Chile sepa leer los tiempos de una izquierda joven, verdaderamente progresista y dispuesta a negociar políticamente con los otros bandos, con las otras ideologías.

Tenemos que salir ya de la absurda polarización entre fifís y chairos y todo lo absurdo del caso. Tenemos que dejar la mañanera y su letanía insoportable. Necesitamos un gran pacto político, encontrar nuestros mínimos comunes múltiplos como nación en un marco de justicia social y distribución de la riqueza. Reforzar nuestra competitividad internacional y nuestras fortalezas en casa.

Nos necesitamos todos y para ello requerimos, por supuesto, una presidenta distinta, que escuche y pacte, que tengas las altas miras de una estadista del siglo XXI. ¿Sabemos, sin embargo, quien es verdaderamente Claudia Sheinbaum?

POR PEDRO ÁNGEL PALOU

COLABORADOR

@PEDROPALOU

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