COLUMNA INVITADA

Cuando la violencia política en razón de género se normaliza

La batalla por visibilizar y erradicar la violencia política en razón de género (VPRG)

OPINIÓN

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Ivonne Acuña Murillo / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La batalla por visibilizar y erradicar la violencia política en razón de género (VPRG) no termina con la expedición de leyes que tipifiquen y delimiten el fenómeno, mientras las y los actores responsables de hacer cumplir la ley o de no infringirla persistan en la reproducción de patrones culturales que normalizan el ejercicio de la violencia en contra de las mujeres.

Ejemplos de esta normalización abundan en el contexto del actual proceso electoral como muestra del enraizamiento de los prejuicios que sostienen al machismo, la misoginia y la resistencia masculina, y aún femenina, para dejar de ver a las mujeres como seres de segunda, destinadas a la satisfacción sexual de los hombres y a la realización de tareas subordinadas que requieren de la guía y la supervisión masculinas.

Se podría suponer que estos prejuicios persisten más en el ámbito local donde la fuerza de la costumbre impone a la sociedad una visión patriarcal en contra de las mujeres y que, por el contrario, conforme se asciende a los puestos de mayor poder y representación el ejercicio de este tipo de violencia tiende a desaparecer. Sin embargo, no es así. Sirvan algunos ejemplos.

El 13 de abril, durante el Segundo Debate a la gubernatura del estado de Jalisco, Pablo Lemus Navarro, candidato de Movimiento Ciudadano, hizo comentarios misóginos en contra de la candidata de la coalición “Sigamos haciendo historia”, Claudia Delgadillo González, a quien señaló por ser “hermana de Peña Nieto” y quien presentó una denuncia por referirse a ella como “amiga íntima de Peña Nieto”.

No conforme, en el Tercer Debate, realizado el 4 de mayo, llamó a Delgadillo González y a Laura Haro Ramírez, candidata de “Fuerza y Corazón por México”, “hijas de Alito”, dando a entender que son manipuladas y dirigidas por el presidente Nacional del PRI. En respuesta, los partidos de ambas coaliciones y los partidos locales Hagamos y Futuro presentaron su queja ante el Instituto Electoral del Poder Judicial del estado pidiendo le sea retirada la candidatura.

El 19 de abril, Tomás Vargas Suárez, presidente del Tribunal Electoral del Estado de Jalisco, hizo comentarios misóginos de origen sexual en contra de una compañera de trabajo, durante una reunión virtual transmitida en vivo por el canal oficial de YouTube de ese Tribunal, por lo que candidatas a diputaciones locales y la organización feminista denominada “Las Paritaristas” exigieron la renuncia o destitución de este funcionario.

Pero, ¿qué fue lo que dijo? Aquí sus palabras: “Y a Cristina le encanta dar cuentas. ¿Luego por qué no la dio? ¿O ya las dio? ¿Cuándo las piensa dar? Quizás las esté dando, ahorita ¿Listos?” El 25 de abril de este año, Monserrat Arcos Velázquez, legisladora del PRI y ex presidenta del Comité Ejecutivo Nacional del Organismo Nacional de Mujeres Priistas, denunció ante la Fiscalía Especializada en Materia de Delitos Electorales (FISEL) a Alejandro (Alito) Moreno Cárdenas, presidente nacional del PRI, por intimidación y amenazas después de negarse a desviar 16 millones de pesos destinados a la capacitación de las mujeres priistas del país.

Pero no se piense que la misoginia es una actitud exclusiva de los hombres. Samanta Smith Gutiérrez, candidata de “Fuerza y Corazón por México”, a la alcaldía de Guanajuato, denunció a la candidata del Partido del Trabajo, Paloma Robles Lacayo, por comentarios misóginos durante el debate del 15 de abril, al referirse a ella como “la esposa del alcalde”. Ciertamente Smith Gutiérrez es la esposa del alcalde en funciones, pero la referencia más que mencionar un hecho puede interpretarse en función de la actitud misógina a despersonalizar e inferiorizar a las mujeres al referirse a ellas como “la esposa, la madre, la hija, la hermana de…un hombre”.

No se piense tampoco, que en las alturas del poder la misoginia ha disminuido. Para nadie es un secreto la manera en la que una de las candidatas a la Presidencia de la República, Xóchitl Gálvez Ruiz, de la “Coalición Fuerza y Corazón por México”, se refiere a su principal oponente, Claudia Sheinbaum Pardo, candidata de “Sigamos Haciendo Historia”, poniendo en duda no solo su capacidad para gobernar sino para debatir y tomar decisiones por cuenta propia, asumiendo que para hacerlo tiene que pedir permiso a un hombre, del cual es marioneta.

En este punto, destaca lo ocurrido en diversos eventos de campaña y en los dos Debates Presidenciales que han tenido lugar en los cuales Gálvez ha hecho comentarios que reproducen estereotipos que buscan reducir a las mujeres a seres “fríos y sin corazón”, dependientes y manipulables, como muestra su expresión: “A diferencia de la candidata de las mentiras, a mí ningún hombre me da instrucciones, yo decido por mí y los programas sociales se quedan”.

Sin poder salir de la “trampa” discursiva que normaliza la violencia política en contra de las mujeres Gálvez reproduce, sin pensar o sin saber, dicha violencia.

Este y otros temas serán parte del análisis que realizará el Panel Ciudadano de Seguimiento al Proceso Electoral, una iniciativa del Programa Universitario de Estudios sobre Democracia Justicia y Sociedad PUEDJS UNAM, que sesiona en el Centro Cultural Tlatelolco, el 17 de mayo de 2024. Más información en: https://puedjs.unam.mx/panel-ciudadano-de-seguimiento-al-procesoelectoral-2024/

POR IVONNE ACUÑA MURILLO
COLABORADORA

MAAZ