COLUMNA INVITADA

Los jóvenes y el trabajo en México

Las oportunidades de educación superior pública no ha crecido conforme a la población joven, y la privada es inalcanzable para el 90 por ciento

OPINIÓN

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Ricardo Peralta / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El desempleo juvenil en el mundo es precario, según la OIT (Organización Internacional del Trabajo) la tasa de desempleo global en ese sector es de 7.5%, más del doble que la general. Muchos jóvenes trabajan en empleos temporales o informales, con bajos salarios y poca o nula protección social. En América Latina, prácticamente 80% de los jóvenes trabajadores carecen de cualquier prestación social o derecho laboral. Un 65% de la juventud trabajadora en México, y los que han dejado de serlo, no sabrán lo que significa el fondo del retiro, ya que en sus empleos jamás les otorgaron ese derecho, por ende, no han contado con los servicios públicos de salud como derecho. El sistema IMSS-Bienestar pretende incluir universalmente a todo trabajador o trabajadora formal en el país, el problema es que los empleadores les inscriban y paguen la parte proporcional correspondiente.

En México, la edad mínima para trabajar es de 15 años. Sin embargo, hay 3.7 millones de niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17 años que realizan alguna actividad económica. De ellos, 1.8 millones realizan trabajos no permitidos, como actividades que ponen en riesgo la salud o la seguridad del menor; o como jornadas excesivas que superan las ocho horas diarias.

El acceso a la capacitación y habilidades también es un reto mayúsculo. Las oportunidades de educación superior públicas hoy son la menor oferta, la matrícula escolar no ha crecido conforme a la población joven, y la privada es inalcanzable para 90% de la población. Las habilidades no siempre son las requeridas por el mercado laboral. El “nearshoring” abre la posibilidad para que los espacios académicos formen a jóvenes de manera especializada en las regiones donde se relocalicen las empresas nacionales y extranjeras en esta nueva era económica global.

Por lo que hace al ámbito económico, las y los jóvenes deben ser la semilla del emprendimiento, pero ante la enorme competencia internacional y la complejidad administrativa y financiera, el Estado mexicano debe convertirse en el gran facilitador para que las y los jóvenes emprendan. Las juventudes tienen un gran potencial para crear sus propios negocios. Pero no deben volar solos.

La enorme presencia de los “nómadas digitales” en las grandes ciudades de todo México, abre un gran debate para los jóvenes mexicanos; mientras miles vienen a usar instalaciones habilitadas para trabajar con un mínimo de inversión y alta rentabilidad, las juventudes mexicanas se rezagan al continuar con sus formas tradicionales de relación laboral; la tecnología principalmente la usan para las redes sociales, no para la productividad y educación laboral.

El enfoque prioritario debe ser el acceso a la educación universal, la formación de las y los jóvenes en México debe ser un ancla para evitar que nos convirtamos en un país de obreros y mano de obra barata. La capacitación de alta calidad creará mano de obra especializada, de calidad y con expectativas globales, México no puede ser visto como una maquila.

El fortalecimiento y renovación de los programas sociales se deben reorientar, Jóvenes construyendo el futuro debe integrar una visión menos localista y más nacional, ir más allá de una micro y mediana empresa para estar en el ámbito global, donde el emprendimiento sea parte de esa primera experiencia laboral.

El diálogo social entre el empresariado, las juventudes y el gobierno para fomentar las necesidades de capacitación y laborales, deben ser el parteaguas de una nueva dinámica de desarrollo y bienestar.

El trabajo agrícola tiene que ir de la mano con la tecnificación y el acceso al agua. La necesidad de contar con más ingenieros agrónomos en el campo propiciará nuevas tecnologías para la producción donde se garanticen buenas cosechas e ingresos dignos para todos los actores del campo; se deben garantizar la seguridad y por lo menos los servicios básicos de salud a los campesinos de México.

La falta de información y datos acerca de la niñez y adolescencia en situación de calle los hace invisibles ante la sociedad, lo que provoca que no se diseñen políticas adecuadas y que las medidas adoptadas sean de carácter temporal o de corto plazo. La calle se convierte en el centro de reclutamiento para los grupos delincuenciales que terminan atrayendo a quienes allí viven y que no cuentan con alternativas para salir adelante. No son las y los niños de nadie, son las y los niños de todos, por eso es responsabilidad del gobierno, sociedad civil y sector empresarial en su conjunto colaborar para erradicar el trabajo infantil en situación de calle y garantizar a estos niños un futuro digno y esperanzador.

Las y los jóvenes en México representan 27% de la lista nominal del INE, es decir, 26.5 millones de personas de entre 18 y 29 años de edad cuentan con credencial para votar, siendo el sector poblacional con mayor capacidad de influencia electoral en los comicios del próximo 2 de junio. El siguiente sexenio, encabezado por la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, pondrá énfasis en atender las distintas problemáticas que aquejan a las juventudes, garantizando los derechos que en el periodo neoliberal le fueron arrebatados al presente y futuro de México.

POR RICARDO PERALTA
Colaborador
@RICAR_PERALTA

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