Las encuestas han tomado un papel importante en los procesos electorales en México. Por un lado, porque nos ayudan a conocer las tendencias actuales de votación: ¿por quién quiere votar la gente?, ¿quién tiene mayor rechazo? o ¿qué opinan los votantes sobre los partidos políticos y las alianzas? Por otro lado, porque los partidos las han definido como método de selección de candidatos. Sí, al definirse las candidaturas por encuesta, el nivel de conocimiento y la popularidad de los perfiles se vuelve fundamental. Lo vivimos en la “carrera de las corcholatas” y también, en el proceso del Frente Amplio por México.
Es así como hoy hablamos y hablamos de encuestas. La vemos y escuchamos en periódicos, TV, radio o redes sociales. Hay 3 tipos: de campo, telefónicas y digitales.
Las encuestas de campo son el método tradicional por excelencia. Es la famosa encuesta hecha en hogares (la mayoría de las empresas levantan la información de esa forma). Históricamente han sido la herramienta más utilizada y más confiable para los tomadores de decisiones. Sin embargo, el campo presenta retos cada vez más complejos. Las tasas de rechazo crecen, cada vez menos personas abren la puerta de sus hogares, incluso hay menos gente en sus domicilios (por trabajo, estudios y otro tipo de actividades). Uno de los mayores retos es el garantizar la proporción de los diferentes segmentos de una sociedad, en particular los de ingresos más altos, que tienden a vivir en colonias privadas o zonas de difícil acceso.
La encuesta telefónica, por su parte, es el método más eficiente para recolectar información en poco tiempo; 10 veces más rápido que en campo. Además, lo que se denomina como dispersión de la muestra es más sencillo de conseguir al levantar en teléfonos. Prácticamente todos los ciudadanos tienen un teléfono celular. De aquí la importancia de poder realizar los levantamientos dándole prioridad a los números móviles. Una encuesta se puede realizar a través de un call center, con encuestadores humanos, o a través del método llamado IVR, en las que se realizan de forma automática por una máquina.
Por último, las encuestas digitales han irrumpido de forma gradual dentro de las técnicas de levantamiento. Al igual que el teléfono, son más rápidas que las de campo, sin embargo su uso es más reciente, por lo que irán ganando terreno dentro de las herramientas de investigación en la medida en que den resultados acertados.
Una encuesta digital se puede llevar a cabo de diferentes maneras, a través de Facebook, Instagram o alguna otra plataforma. Lo que es muy importante, es la capacidad para poder tener una muestra que sea representativa y sin algún tipo de sesgo en la información recopilada.
Campo, teléfono y digital son herramientas de investigación que usándose de buena manera, aportan valor a una campaña política, a un gobierno o a una organización de otro tipo. Las 3 técnicas son avaladas por las autoridades electorales, siempre que sigan una metodología y un marco muestral claros y apegados las normatividades vigentes.
POR PATRICIO MORELOS
PROFESOR DEL TECNOLÓGICO DE MONTERREY Y SOCIO DE POLIGRAMA
@PATOMORELOS
PAL