COLUMNA INVITADA

Si las encuestas tienen la razón

En los sistemas democráticos como el nuestro, la incertidumbre en los resultados es el principal elemento que se debe garantizar en las contiendas electorales

OPINIÓN

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Héctor Serrano / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En los sistemas democráticos como el nuestro, la incertidumbre en los resultados es el principal elemento que se debe garantizar en las contiendas electorales, esto quiere decir; que cualquiera puede ganar una elección, pues existe una verdadera competencia entre los participantes. Al iniciar una campaña se pueden tener expectativas del triunfo, pero nunca certezas absolutas que hagan imposible modificar un resultado predecible.

Es aquí donde las encuestas juegan un papel muy importante, al no existir certezas absolutas, son el único instrumento real con el que contamos para poder anticipar un resultado. No obstante, tampoco todas las encuestas son totalmente confiables, en el pasado muchas de ellas han cometido graves errores en sus predicciones, se han equivocado de manera voluntaria o involuntaria, sin importarles poner en entredicho su prestigio.

Es una realidad, que algunas encuestadoras se prestan para servir a los intereses de los contendientes modificando intencionalmente los resultados; no son imparciales, establecen acuerdos económicos para favorecer la percepción de triunfo de ciertos candidatos. Ante la falta de ética y por la imposibilidad de saber con exactitud a favor de quien juegan las encuestadoras, los ciudadanos tenemos que ser muy selectivos a la hora de confiar. 

La única manera de evaluar a una encuestadora es por sus trabajos previos, si en el pasado cometió errores garrafales, podemos sospechar de su falta de probidad o en el mejor de los casos, de su incompetencia. Cuando una encuestadora presenta datos discordantes con el resto, tenemos que tomar esa información con cautela, siempre es mejor basar nuestras opiniones en un conjunto de ejercicios metodológicos que en uno solo.

A estas alturas de la contienda, ya contamos con un sin fin de encuestas para poder formarnos una opinión más certera de lo que puede pasar el próximo 2 de junio. Son dos las elecciones que despiertan el mayor interés entre los mexicanos, la Presidencia de la República y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, basándonos únicamente en la mayoría de las encuestas publicadas hasta el momento, ¿qué podemos esperar como resultado para el día de la elección? 

Muy probablemente Claudia Sheinbaum ganará la Presidencia de la República, todas las encuestas coinciden en que mantiene una ventaja sobre su más cercana contendiente, Xóchitl Gálvez. La candidata opositora, que venía de a poco creciendo en las encuestas, parece haberse estancando en las últimas semanas, estos datos coinciden con su participación en el debate presidencial, en cuyo desempeño, puede estar el motivo de su falta de crecimiento.

En el caso de la Ciudad de México las cosas son distintas, ahí la campaña si ha tenido un efecto directo en las encuestas, las cuales presentan un crecimiento sostenido del opositor Santiago Taboada. Según algunas casas encuestadoras, la ventaja con la que empezó la candidata de morena prevalece, pero muestra una disminución considerable, hasta el grado de presentar un empate técnico entre ambos candidatos. Hoy más que nunca el resultado de la capital es incierto.

Si la mayoría de las encuestas están en lo cierto y la brecha entre los dos principales candidatos de la capital se ha reducido, lo que hará la diferencia serán los niveles de participación entre sus simpatizantes.
Ahí la oposición tiene ventaja, en 2021 sus seguidores alcanzaron porcentajes de votación de hasta el 70%, mientras que sólo acudieron a las urnas alrededor del 40% de los votantes afines a morena. La clase media participa tradicionalmente en mayor medida en las elecciones. 

Lo cierto es, que algunas encuestadoras harán una vez más el ridículo presentando cifras que no corresponden con la realidad, inventando ventajas insostenibles y presentando triunfos inalcanzables. De ellas, debemos prescindir en el futuro.

POR HÉCTOR SERRANO AZAMAR

COLABORADOR

@HSERRANOAZAMAR

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