En 1999, Vladimir Putin llegó al poder en Rusia. Si Boris Yeltsin intentó consolidar la transición del marxismo-leninismo al modelo capitalista occidental, Putin encarna el triunfo de la ideología conocida como Euroasianismo: la ideología política más poderosa en Rusia desde el siglo XIX. La idea principal detrás es que Moscú se encuentra en el centro al que confluyen Europa y Asia.
En los últimos lustros el principal promotor de esta ideología ha sido el teólogo político Aleksandr Dugin.
Proveniente de una familia asociada a los servicios de inteligencia militar, Dugin rápidamente se convirtió en un promotor del putinismo, a tal grado que muchos lo han considerado el cerebro gris de Putin.
No se puede entender la ofensiva militar del régimen ruso contra Ucrania sin comprender la contribución ideológica que ha tenido Dugin.
El ideólogo ruso promovió la invasión de Ucrania desde el 2009 y su influencia en los círculos cercanos a Putin no ha hecho más que aumentar. Recientemente, Dugin asumió la dirección de un centro de estudios dedicado al ideólogo fascista y admirador de Hitler, Ivan Ilyn.
La ideología que profesa es una combinación de geopolítica religiosa, ocultismo, teología ortodoxa y romanticismo filosófico que se resuelve en una escatología: Moscú es la tercera Roma y no habrá una cuarta.
De lo que se trata es de fomentar una política exterior agresiva e imperial. Si esta escatología nacionalista rusa es lo que está detrás de la invasión de Ucrania habría que reconsiderar la idea según la cual Putin sólo se estaba defendiendo de una acción agresiva por parte de la OTAN.
El objetivo fundamental de Dugin es doble: por un lado, tratar de obtener una victoria en el orden teórico en contra de su principal rival: la democracia liberal. En este sentido, los esfuerzos propagandísticos del régimen ruso en todo el mundo se enfocan en desacreditar las ideas liberales porque el liberalismo se encuentra en contradicción con los valores tradicionales de la civilización rusa.
Valores como la libertad individual, el respeto al derecho de las minorías, la separación de poderes, un papel más activo del papel de la mujer en la sociedad o el secularismo simbolizan al enemigo.
Por otro lado, la victoria filosófica tiene que ir de la mano de triunfos militares. En esta estrategia doble, Ucrania tiene una gran importancia geopolítica. La cuestión para el Kremlin es si una parte importante de la civilización eslava será cedida a Occidente.
Dugin incluso ha llegado a decir que la sociedad liberal representa al Anticristo.
Cuando se haga el balance final de los motivos que llevaron al régimen de Putin para invadir Ucrania, quizás resulte que lo que se encontraba detrás eran las obsesiones ideológicas de un Consigliere fanático, extraído de una novela de Dostoievski.
POR ÁNGEL JARAMILLO TORRES
INTERNACIONALISTA Y POLITÓLOGO. ACTUALMENTE ES MIEMBRO DEL SNI, NIVEL 1 Y ASOCIADO DEL CONSEJO MEXICANO DE ASUNTOS INTERNACIONALES (COMEXI)
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