TikTok ha estado en el centro de una tormenta política y comercial entre China y Estados Unidos desde 2020, con consecuencias significativas tanto para la empresa como para los usuarios.
La controversia comenzó con la creciente desconfianza hacia las empresas chinas, impulsada por las acusaciones de espionaje y problemas de seguridad en las telecomunicaciones, como el caso de Huawei.
TikTok, propiedad de la empresa china ByteDance Inc., fue señalada por algunos legisladores estadounidenses por supuestamente recopilar información de los usuarios sin su consentimiento y filtrarla al gobierno chino. Además, el crecimiento exponencial de una compañía no norteamericana durante la pandemia de COVID-19 causó recelo y solo intensificó el escrutinio.
La situación se agravó cuando la administración Trump, en tiempos de reelección, firmó una orden ejecutiva en 2020, prohibiendo a TikTok operar en Estados Unidos a menos que ByteDance vendiera sus operaciones en dicho país a una empresa estadounidense. Sin embargo, Donald Trump perdió las elecciones y tuvo que dejar el cargo.
Por su parte, el nuevo presidente, Joe Biden, firmó una orden ejecutiva revocando la prohibición de TikTok impuesta por la Administración previa, y en su lugar ordenó al secretario de comercio que investigara la aplicación para determinar si supone una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Mientras sucedía todo esto TikTok ha enfrentado otros desafíos, como acusaciones de censura hacia comunidades como la LGBT+, el movimiento Black Lives Matter, la guerra entre Israel y Hamas, entre otros. Estos incidentes avivaron el conflicto levantando cuestionamientos sobre la libertad de expresión y el posible control del contenido en la plataforma.
La semana pasada, y otra vez en tiempos de reelección, el presidente Joe Biden firmó una ley ordenando la venta de TikTok en un periodo de 12 meses, de lo contrario la aplicación sería vetada de los E.E.U.U. Por su lado la empresa ha dicho que nunca ha compartido su información con el gobierno chino y que por lo tanto no va a vender sus operaciones en dicho país.
Es importante señalar que TikTok ha implementado diversas estrategias comerciales para mantener su posición en el mercado y atraer a usuarios de todo el mundo. Uno de sus enfoques principales ha sido la creación de colaboraciones con celebridades e influencers, permitiendo establecer tendencias virales que involucran a la comunidad global. Asimismo, ha ampliado sus horizontes permitiendo a los usuarios compartir contenido educativo y cultural, diversificando así su oferta más allá del entretenimiento. También han brindado oportunidades para monetizar contenido y conectar con marcas. Estas acciones han ayudado a consolidar la base de usuarios y a mantener su relevancia en un mercado altamente competitivo.
Todos estos movimientos reflejan claramente una lucha por el control de las redes, la comunicación y la innovación tecnológica como herramientas clave para obtener ventaja en el conflicto geopolítico entre ambas potencias. A medida que avanza la relación entre China y Estados Unidos, es probable que veamos más sanciones y vetos en el ámbito de las operaciones de las grandes empresas tecnológicas.
POR GONZALO ROJON
EEZ