A la vista, el segundo debate por la presidencia de la república es un simple trámite en la agenda del actual proceso electoral; sin embargo, al realizar un acercamiento al desarrollo de algunos procesos y al comportamiento de algunos personajes se descubren aspectos interesantes y potencialmente, relevantes en las próximas cinco semanas.
Las tendencias electorales no han cambiado. Si le creemos a las encuestas, Claudia Sheinbaum llega al segundo debate con una ventaja de 17 puntos porcentuales. La que menos ventaja le otorga a la candidata de Morena es la elaborada por México Elige, que le da seis puntos de ventaja. Relativamente, el crecimiento más significativo es de Jorge Álvarez Máynez, que se acerca a los 10 puntos porcentuales.
Sheinbaum no sólo cuidará su ventaja y presentará propuestas, sino que defenderá ampliamente los logros del gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Dicen que amor con amor se paga. Si los opositores tienen reflejos podrían aprovechar esta circunstancia para exponer con mayor fuerza sus críticas y cuestionamientos al actual gobierno.
Xóchilt Gálvez es una candidata en caída libre. Su objetivo es controlar esa caída o al menos, construirse un paracaídas. El PRI, el PAN y el PRD soltaron a su candidata, le desearon suerte y que haga lo que pueda, su prioridad son la CDMX, Yucatán y Guanajuato. Decidieron no echarle más dinero bueno al malo y menos dedicarle tiempo.
Xóchilt llegará libre al segundo debate, con huipil, mascando chicle y sus acusaciones bajo el brazo, incluida una jarra de agua de la Benito Juárez para ofrecer un vaso a su adversaria. Podría hacer un performance atractivo o volverla a regar, esa es la incógnita.
Máynez no tiene nada que perder y sí mucho que ganar en el debate. Su desempeño lo puede llevar a los dos dígitos de las tendencias electorales, lo cual sería un éxito.
Las campañas de desprestigio a los candidatos de Morena y aliados continúan, pero perdieron su impacto, fueron acusaciones de contenidos de redes sociales. Llama la atención el aumento en la violencia verbal y las provocaciones de algunos voceros y personajes de la derecha. Hablo de las mentadas de madre del diputado panista Enrique Gerardo Sosa desde la tribuna de San Lázaro o las provocaciones de Lilly Téllez en el salón de Pleno del Senado.
También están los excesos de servidores públicos y candidatos de la 4T en la utilización de camisetas de la Santa Muerte, sacrificios de gallinas en el Senado o machetazos al cráneo de una vaca en Tamaulipas. ¡Qué necesidad! En política, la soberbia no es buena, menos la torpeza.
Sheinbaum ha sido prudente ante provocaciones y hechos como los de Chiapas. Ojalá que el segundo debate no sea un simple trámite. Ojo con las protestas de los padres de los normalistas de Ayotzinapa. Eso pienso yo, ¿usted qué opina?
La política es de bronce.
POR ONEL ORTIZ FRAGOSO
ANALISTA POLÍTICO
@ONELORTIZ
MAAZ