AGENDA LEVANTINA

Continuación del caos por otros medios

La prioridad del gobierno israelí es Gaza: borrar a Palestina, su memoria y su resistencia, con la aquiescencia de las potencias occidentales

OPINIÓN

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Marta Tawil / Agenda Levantina / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Líbano –principal socio comercial de México en la subregión del Levante– parece ajeno a los acontecimientos en torno a Palestina que lo están sacudiendo. 

No es para menos: desastres como la explosión del puerto de Beirut, parálisis institucional (desde el 30 de octubre de 2022, Líbano no tiene Presidente y todos sus ministros se desempeñan como interinos), colapso judicial, malversaciones financieras, despojo de su dinero a los ahorradores, miseria y pobreza, emigración libanesa en masa y multitudinarias llegadas de refugiados sirios (que se suman a los 400 mil palestinos refugiados, tras su expulsión por el recién creado Estado de Israel en 1948), ha dejado a los libaneses exhaustos. 

Con todo, la milicia chiíta Hezbolá amenaza con avanzar hacia una escalada si Israel cruza las líneas rojas, tales como: una ofensiva terrestre contra Gaza y el desplazamiento de sus habitantes; la erradicación de Hamas y un ataque contra Irán. 

Hezbolá es un grupo parlamentario que cuenta con una tropa de milicianos experimentados equipados con un arsenal de misiles, drones y armas de fuego, protege las fronteras nacionales, construye líneas de defensa y rutas de contrabando, controla los organismos responsables de la seguridad interior, el puerto y el aeropuerto; es, además, una milicia cuyo secretario general (Hassan Nasrallah), cuando habla, perfila las orientaciones políticas del país y amenaza al enemigo con la guerra.  

 Por diseño, el Estado libanés desde su independencia en 1943 fue creado como un espacio de negociación de diferentes comunidades religiosas y étnicas, más que como un actor centralizado y con un monopolio de la violencia legítima, pero es un hecho que desde 2011 Hezbolá se ha aprovechado de esa característica, tanto como de la intransigencia israelí, para avanzar una agenda cada vez más estrecha que agudiza las deficiencias del aparato institucional libanés. 

Sin embargo, Hezbolá no ha declarado la guerra a pesar de que Tel Aviv ya cruzó todas esas líneas. Es de suponer que este pragmatismo resulta no sólo de la abrumadora realidad –la agonía social, política y económica de Líbano, a lo que se agrega la pérdida del amplio apoyo para el Hezbolá proveniente de la comunidad cristiana libanesa— sino también del acuerdo que en 2022 Israel y Líbano firmaron sobre la delimitación de su frontera marítima para la explotación de yacimientos de gas. 

Seguiremos viendo cómo evolucionan los cálculos del Hezbolá, sobre todo si Israel ataca a Irán, algo que no puede descartarse, si bien Tel Aviv no querría participar en una guerra a gran escala con Irán sin el apoyo de Estados Unidos con Joe Biden (podría ser el caso dentro de unos meses, si gana Donald Trump la Presidencia). Por lo pronto, la prioridad del gobierno israelí es Gaza, borrar a Palestina, su memoria y su resistencia, con la aquiescencia de las potencias occidentales. 

POR MARTA TAWIL

INVESTIGADORA DE EL COLMEX

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