CUERPO Y ALMA

Madresposas niñas

En México, los estados de Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Hidalgo, Veracruz y Puebla son los más peligrosos en este sentido

OPINIÓN

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María Elena Esparza Guevara / Cuerpo y Alma / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Doce millones de niñas contraerán matrimonio este 2024. Algunas, tras ser vendidas por su propia familia. Otras, porque trataban de escapar de ella. Todos los casos son terribles, dramas convertidos en marcas permanentes para doce millones de vidas. ¿Cuántas veces habrá que decirlo para escandalizarnos socialmente?

No hay región del mundo exenta de este gravísimo problema, pero África subsahariana —países como Mozambique, Etiopía, Níger, Cabo Verde, Nigeria—, Asia Meridional —Afganistán, Bangladés, Bután, India, Maldivas, Pakistán, Sri Lanka— y América Latina, son las tres regiones con mayores tasas, de acuerdo con Unicef. En México, los estados de Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Hidalgo, Veracruz y Puebla son los más peligrosos en este sentido.

Entre las naciones de primer mundo también hay datos sorprendentes para este siglo 21. Por ejemplo, en siete estados de la Unión Americana, entre ellos California, Oklahoma, Nuevo México y Mississippi, el matrimonio infantil sigue siendo legal. Se estima que más de 300 mil menores se han casado en este país entre 2000 y 2018, algunas de ellas de tan solo 10 años. 

¿Qué hay detrás de esta crisis? He conversado con Maripina Menéndez, CEO de Save the Children México, y coincidimos en que el origen es multifactorial; la intersección de pobreza, brecha educativa y violencia familiar es la de mayor riesgo. Se agregan condiciones como los usos y costumbres, además de roles y estereotipos de género que además de obligar a las niñas a tareas domésticas y de cuidado, las someten a dobles jornadas en detrimento de su capacidad para responder a la exigencia escolar. 

Por ejemplo, en los países de bajo ingreso, sólo el 63% de las alumnas de primaria completan ese nivel y en el caso de secundaria, únicamente lo logra el 36%, según la Unesco. Estos son datos para poner en el centro de la discusión no solo en abril, mes del niño y la niña, sino siempre.

Fortalecer el marco normativo para prohibir el matrimonio infantil ha demostrado ser insuficiente, pues la práctica de simplemente unirse con la menor para no ser sujeto de una denuncia es recurrente. Esas relaciones se vuelven un círculo de abuso y violencia, en el cual el embarazo adolescente es resultado y condicionante del desarrollo tanto de la madre como del bebé; a este cautiverio podemos llamarle, inspirada en el famoso libro de Marcela Lagarde, las madresposas niñas.

El problema es profundo y se enraiza en el sistema patriarcal. Tomarlo en serio salvaría vidas. Millones de vidas.

POR MARÍA ELENA ESPARZA
@MAELENAESPARZA

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