MUJERES, S.A.

El clan

El éxito cuando se comparte, se distancia de la competencia y se acerca al sentido comunitario de posibilidades ilimitadas

OPINIÓN

·
Claudia Luna / MUJERES, S.A. / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Mis luces y mis sombras encuentran un lugar seguro dentro de un grupo muy especial de mujeres. Un conjunto excepcional que me conoce a profundidad, por momentos mejor de lo que me conozco a mí misma. Son mi refugio, pero también mi espejo.  Me acompañan y me retan. No me permiten las posturas ni mentirme a mí misma. Es con ellas donde encuentro paz, consuelo, inspiración y muchísimas risas. Me exigen ser mejor, me reconocen en lo grande y en lo pequeño, me dan espacios. Son mi clan. 

Es en la adolescencia cuando aprendemos (o intuímos) lo importante que es pertenecer al grupo correcto, pero es en la adultez que entendemos la verdadera relevancia de hacerlo. En términos de desarrollo profesional, rodearte de las personas correctas es vital. Cuando emprendes, cuando quieres potenciar tu carrera, cuando buscas crecimiento, necesitas un sistema, una red que apoye y facilite tu evolución. El entorno en el que elegimos operar, tiene un poder transformador, multiplicador. Estar cerca de mujeres fuertes, exitosas, tenaces y sin miedo, es contagioso. Rodearte de gente con fuerza creativa inspira, el éxito cuando se comparte se convierte en caldo de cultivo de más logros. El éxito cuando se comparte, se distancia de la competencia y se acerca al sentido comunitario de posibilidades ilimitadas.

Formar parte de una comunidad afín a tí construye una sensación de pertenencia, de seguridad. La posibilidad de compartir experiencias que enriquezcan tu propio camino es inigualable. Una comunidad diversa tiene el beneficio de exponerte a perspectivas distintas que pueden ser una fuerza catalizadora. Cuando una comunidad se reúne en torno a un problema, la abundancia de posturas ilumina, desatora y facilita.  Pero no es sólo en los momentos difíciles que tu comunidad tiene un papel importante. Celebrar los triunfos, grandes y pequeños y sentir que se te reconoce el esfuerzo por quienes genuinamente se alegran de tus éxitos, no tiene paralelo. 

Si no tienes un clan, constrúyelo, acércate a comunidades de mujeres que tienen tus intereses, tus inquietudes.  La sororidad existe y está lista para recibirte. 

Personalmente, siempre tengo una botella de champán en el refrigerador, porque como dijo Napoleón Bonaparte “en la victoria la merecemos, en la derrota la necesitamos”. También tengo siempre helado de chocolate, por si se ofrece, y siempre siempre tengo a la mano al clan, porque aunque se puede sola, acompañada es mejor.

POR CLAUDIA LUNA
FUNDADORA DE THINK PINK 
THINKPINK.MX

PAL