COLUMNA INVITADA

A 86 años de la expropiación petrolera

Para lograr pagar las indemnizaciones, Cárdenas convocó al pueblo mexicano para hacer donativos monetarios o en especie. Gracias a la amplia legitimidad que consiguió la medida

OPINIÓN

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José Narro Céspedes / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La expropiación petrolera fue el mejor legado de uno de los mejores presidentes en la historia de nuestro país, Lázaro Cárdenas. A 86 años de la acción, es importante no sólo conmemorar, sino reflexionar sobre las implicaciones que la expropiación del petróleo tuvo para la economía y la soberanía nacional de nuestro México.

Además, el enfrentamiento que tuvo Cárdenas con el poder económico y político estadounidense para lograr el hecho de que nuestro petróleo sirviera para nuestro beneficio es una muestra de su gran estatura política, de estadista y de persona con visión de futuro e ideología firme.

Corrían los años previos a la Segunda Guerra Mundial, y la posición de México en el concierto de las naciones era bastante precaria. El PNR -antecesor del PRI-, conocido por su autoritarismo y la recurrencia del asesinato político para dirimir cuestiones del poder no traía legitimidad al régimen mexicano, que comenzaba a perder su espíritu revolucionario.

En términos de soberanía económica, el gobierno mexicano había tenido dificultades para hacer valer la palabra escrita en la Constitución de 1917, que designaba ya a los recursos naturales como propiedad de la nación. El presidente Cárdenas, apoyando la fundación del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, se confrontó con los magnates del hidrocarburo.

Con las exigencias de mejores salarios y condiciones de trabajo que el Sindicato hacía, y con el apoyo que Cárdenas expresaba públicamente a la causa obrera, hicieron que los empresarios del petróleo crecieran su nimadversión contra el presidente. 

Finalmente, la huelga terminó en que la Junta de Conciliación y Arbitraje hiciera un dictamen de pago por alrededor de 26 millones de pesos en salarios a los trabajadores. Negándose a pagar, los grandes capitales decidieron retirar sus fondos de la economía mexicana, intentando presionar al gobierno al causar una crisis de circulación de capital.

Fue entonces cuando Cárdenas se vio obligado a tomar una decisión: o bien se limitaba a protestar contra el hecho o bien hacía uso de las capacidades jurídicas del Estado para defender el interés de la clase trabajadora nacional. Eligió lo segundo y decretó la expropiación de todos los bienes industriales del petróleo, que pasaron a ser de la Nación. 

Para lograr pagar las indemnizaciones, Cárdenas convocó al pueblo mexicano para hacer donativos monetarios o en especie. Gracias a la amplia legitimidad que consiguió la medida, la gente salió a dar lo poco que tenía, convencida de que iba a ser una buena inversión para el futuro de la Nación. No se equivocaron.

Pemex ha sido desde entonces una de las grandes empresas nacionales e internacionales del petróleo, que ha financiado el progreso de nuestro país, incluso a pesar de la corrupción que el régimen neoliberal y del priismo autoritario a mediados de siglo. El heroísmo de Cárdenas nos legó no solamente el recurso económico derivado de la actividad petrolera, sino sobre todo la visión de defender a toda costa la soberanía nacional.

POR JOSÉ NARRO CÉSPEDES
COLABORADOR
@NARROJOSE

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