COLUMNA INVITADA

Una estocada inolvidable

En las tres corridas más recientes que se realizaron en la Plaza México se registró un aforo total de 120 mil personas

OPINIÓN

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Mariano Torres / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

"Si la tauromaquia está destinada a morir, quisiera verla morir con honor y como se merece, cuando los taurófilos dejemos de ir a las plazas, y no cuando alguien ajeno me lo quiera imponer", Gabriel García Márquez.

La tarde del pasado lunes 5 de febrero, en el 78 aniversario de la Plaza México, fue mágica. Más de 42 mil personas se dieron cita en el inmueble de la Ciudad de los Deportes para disfrutar del cartel compuesto por los mexicanos Ernesto Javier “Calita”, Arturo Gilio y el rejoneador español Pablo Hermoso de Mendoza, quien haría su estocada final.

La Monumental Plaza de Toros México estaba repleta, no cabía un alma más en el recinto, la gente estaba eufórica y contenta, haciéndose sentir desde el inicio entonando el Himno Nacional mexicano, con un ímpetu espectacular; la gente disfrutaba cada instante al máximo con interrogante presente de qué es lo que pasará en el futuro.

Hubo varios momentos increíbles, pero hay uno en específico que se les va a quedar grabado para siempre a todas las personas que asistieron, y fue nada más y nada menos que cuando reprodujeron Las Golondrinas, en el último toro de Pablo Hermoso de Mendoza. El público se puso de pie y lo aclamó hasta que lo sacaron cargando del coliseo y en medio de gritos de: “¡torero, torero, torero!”.

“La fiesta de los toros es una tragedia, pero la gran tragedia de la muerte del toro que se representa en tres actos”. Ernest Hemingway.

Estar a favor o en contra de las corridas de toros es totalmente respetable; sin embargo, muchas personas se hacen de una idea totalmente errónea por imágenes, videos o murmullos que escuchan en la calle, que no demuestran lo que realmente es la cultura taurina. Invito de la manera más educada a la gente que no se haga una idea por medio de la ignorancia, que si alguna vez pueden asistir a una corrida lo hagan, y de ahí formen su propio criterio, que es absolutamente válido.

Repruebo rotundamente la postura de periodistas reconocidos incitando a ofensas graves, a la abominación y a la antipatía por pensar diferente, como David Faitelson que llamó a los simpatizantes de la tauromaquia: “descerebrados, cobardes, vulgares y pobres idiotas”.

Esa no puede ser la manera de debatir las cosas; es de llamar la atención que un líder de opinión que mueve tantas masas haga este tipo de comentarios, sabiendo plenamente la situación del país.

Lo que deseo desde lo más profundo de mi ser es que no priven a los señores y a las señoras que iban a las corridas con sus padres, y ahora van junto a sus hijos a ver este majestuoso arte.

La tauromaquia es mucho más que sólo la muerte de un toro, es el ambiente de paz en los tendidos, es la valentía de los toreros, que con un trapo, saben que pueden morir en el acto, es simplemente el amor de una familia que se reúne a disfrutar y a respetar lo que hace el espada, el rejoneador y el toro.

En las tres corridas más recientes que se realizaron en la Plaza México se registró un aforo total de 120 mil personas.

La cultura taurina en nuestro país es una tradición de antaño que arraiga en cualquier azteca. ¡Que viva la libertad, que viva la Monumental Plaza de Toros y que viva México! ¡Oleeeeeé!

POR MARIANO TORRES

EEZ