POLÍTICA PARA A’MAR

El pueblo que la oposición necesita P.4

Es imprescindible un líder que personifique la lucha, uno capaz de contarnos una buena historia

OPINIÓN

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Marlene Mizrahi / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Se necesita de un gran personaje para transmitir una buena anécdota. Gracias a la mancuerna protagonista-narrativa conocemos nombres como Don Quijote, Sherlock Holmes, Anna Karenina y, en el plano histórico, Mahatma Gandhi, Martin Luther King Jr., Evita Perón, entre muchos otros. Sea una obra ficticia o la representación de un momento de la historia, es a través de un héroe o heroína que se expone el relato.

Analizar aquellas figuras que hicieron posible un cambio histórico, facilita reconocer los valores universales que en algún momento fueron defendidos por la sociedad y, con esto, acercarnos a la comprensión del imaginario social de ese tiempo; es decir, a las ideas, símbolos y representaciones que conformaron el modo de ver el mundo.

Se definen como grandes héroes de la historia aquellos que lograron rearticularla: esos que consiguieron promover e instalar cambios sociales, económicos y culturales. Además, son los que han logrado que diversos movimientos colectivos se adapten, permitiéndoles mantener su relevancia incluso en contextos cambiantes. Justamente lo que ha pretendido López Obrador con su “pueblo” y la llamada “cuarta transformación”.

Dicho esto, el argumento más amplio y obvio de la oposición en México es que la reconfiguración propuesta por Obrador no solo no funciona, sino que ha sido dañina. De ahí la necesidad de plantear un nuevo proyecto que organice la sociedad y forjar un personaje capaz de encarnar esta lucha.

En la teoría de Ernesto Laclau, esta figura se llama “sujeto mítico”, pues a través de ella se construye el “espacio mítico” o, que es lo mismo, la alternativa al discurso dominante. Los mitos sirven para explicar el origen del mundo, de los seres humanos, de las costumbres o creencias, y suelen contener enseñanzas para la sociedad que los crea. Es por medio de un “pueblo” inédito que se constituye un mito como nuevo espacio de representación y lo hace a través del “sujeto mítico”.

De tal forma, este sujeto termina por ser una metáfora de la plenitud ausente. Esto hace que el contenido concreto de sus formas de identificación funcione como representación de ese mundo ideal.

Ahora, basados en la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud, la identificación con el líder depende del grado de distancia entre el yo y el yo ideal, una lejanía que siempre va a existir. Laclau explica que, cuanto menos es esta brecha, en mayor medida el líder se vuelve el primero entre iguales y, por lo tanto, mayores son las razones para aceptar y seguir las decisiones que éste toma.

Por estas razones, el líder de la oposición debe ser alguien similar al grupo que busca representar, uno que pueda de generar emociones y afinidad, además de trasmitir los valores universales defendidos por este nuevo “pueblo”. Sobre todo, se espera que sea uno capaz de contarnos una buena historia.

POR MARLENE MIZRAHI
COLABORADORA
TWITTER: @MARLENEMIZRAHI

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